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Crítica de Cine | "Venom: El Último Baile": La peor forma de hacer una tercera parte

Tom Hardy regresa al rol del anti-héroe en una nueva entrega de Sony que, a pesar de tener diversión, está tan desenfocada y desordenada como el resto de las películas del mismo universo de villanos del Hombre Araña.

26 de Octubre de 2024 | 11:31 | Agustín Pérez Achurra
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Tom Hardy en una escena de "Venom: El Último Baile".

AP
La negativa racha de Sony y Columbia Pictures continúa, ahora con su única franquicia que había logrado éxito tanto en taquilla como en la crítica. "Venom" (2018) sentó un sólido precedente para el universo de villanos del Hombre Araña, con una película entretenida, que no pretendía ser compleja ni desafiante. Sin embargo, las siguientes entregas de la saga ("Venom 2", "Morbius", "Madame Web") no hicieron más que destruir la reputación de ese mundo creado. Lamentablemente, "Venom: El Último Baile" no es la excepción y solo refuerza esa tendencia.

Esta secuela narra el capítulo final de la relación entre el periodista Eddie Brock y el simbionte alienígena Venom. Tras un altercado en San Francisco, ambos se encuentran huyendo de las fuerzas especiales de Estados Unidos. A la vez, Knull, una de las amenazas más temibles del universo, busca apoderarse de una llave que la pareja posee. Perseguidos por enemigos de ambos mundos y con la red cada vez más estrecha, Eddie y Venom se ven obligados a tomar una decisión devastadora que pondrá fin a su última aventura juntos.

La película refleja lo poco elaborada que es la historia de esta tercera parte. Con más personajes de los necesarios y menos villanos de los que debería tener, "Venom: El Último Baile" se despide entre risas, pero deja pocos méritos dignos de destacar. ¿Vale la pena verla en el cine? A continuación, comparto algunas reflexiones para ayudar a responder esa pregunta.

Eddie y Venom


Lo que hacía especial a esta franquicia era la dinámica entre el protagonista Eddie (Tom Hardy) y el alienígena Venom. La energía entre ambos siempre llenaba la pantalla, especialmente cuando la película encontraba momentos para explorar a estos personajes, tanto juntos como por separado.

Esos momentos estuvieron presentes en la primera entrega, pero se desvanecieron en esta secuela, sacrificados en favor de más personajes y más acción. Aunque esto puede resultar gracioso en ocasiones, la película pierde gran parte de su impulso, que radicaba en el corazón de la historia. Si no logra equilibrar el humor con momentos más humanos, la película no se aleja lo suficiente de lo absurdo, y lo que debería ser entretenido se vuelve superficial.

Esto también impacta el final. Sin entrar en spoilers, el clímax de "Venom: El Último Baile", pese a toda su acción, carece del peso necesario, hasta el punto en que recurre a imágenes de otras películas para compensar la falta de contenido narrativo en esta última parte.

El elenco secundario


Son pocas las veces en las que se percibe tan claramente el escaso impacto de ciertos personajes en una película. En "Venom: El Último Baile", este problema se presenta en múltiples ocasiones. Hay una sensación palpable de vacío en la historia que te lleva a pensar: "Algo está faltando". Ese "algo" es el contexto de los personajes que rodean los acontecimientos. ¿Quiénes son? ¿Por qué están aquí? ¿Hacia dónde se dirigen? Son preguntas que, en la mayoría de los casos, quedarán sin respuesta.


Crédito: AP.

Villano inexistente


El desenfoque de esta película se refleja perfectamente en su antagonista: un personaje tan efímero y genérico que ni siquiera transmite la sensación de amenaza que debería. Aunque sepamos quién es Knull, si no asume un rol más protagónico en la historia, es imposible sentir el verdadero peligro que la película intenta comunicar.

Esto es consecuencia de uno de los errores más comunes en el género: la obsesión por crear una "franquicia interminable". "Venom: El Último Baile" intenta claramente establecer a un supervillano para posibles futuras (énfasis en "posibles") entregas. Sin embargo, si al final el villano deja más preguntas que respuestas, el único efecto es la decepción. Sony no puede esperar que el público siga yendo al cine solo por ver personajes conocidos de los cómics, rodeados por una historia mínima. Simplemente no es suficiente.

Se podrían enumerar más aspectos negativos de esta tercera entrega de Venom, pero el punto ya está claro. Aunque hay momentos divertidos, la experiencia general de esta última aventura está marcada por un caos que recuerda a películas como "Morbius" o "Madame Web", y no precisamente en el buen sentido.

Nota: 2.0/5.0

"Venom: El Último Baile" ya se encuentra disponible, solo en cines.

Agustín Pérez Achurra, crítico de cine (https://www.instagram.com/hobby.space/)
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