Boicot contra los comicios locales y federales con la quema de material electoral en el municipio de Tixtla, en el sur de México.
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MÉXICO.- México asiste este domingo a las elecciones intermedias para renovar parte del Congreso bicameral y varios gobiernos estatales, luego de una complicada campaña marcada por hechos de violencia contra algunos candidatos, un desencanto político y protestas encaminadas a boicotear los comicios.
Se mantiene la sombra de que haya protestas ante la insistencia de disidentes del sindicato magisterial de que no permitirán las elecciones si el gobierno federal no cancela definitivamente la aplicación de una reforma educativa con la que busca mejorar la enseñanza en el país.
Las autoridades electorales lanzaron llamados a que se permita la realización sin contratiempos de la jornada electoral en la que se renovarán los 500 asientos de la Cámara de Diputados, los gobiernos en nueve de 31 estados, además de cientos de alcaldes y legisladores locales.
Más de 83 millones de electores están convocados a las urnas, aunque como tradicionalmente ocurre en las elecciones intermedias se espera una importante abstención, por encima del 40%.
Prácticamente todas las encuestas han señalado que el partido en el poder mantendría la mayoría de asientos en la Cámara de Diputados y obtendría varios triunfos estatales, a pesar del descontento que algunos han manifestado tanto con la política como con las autoridades.
Una campaña complicada
En la campaña fueron asesinados o atacados más de una docena de políticos y operadores locales, incluidos al menos tres candidatos y una pre candidata. Ninguno de los casos ha sido aclarado, pero algunos han sido ligados a posibles hechos del crimen organizado.
En paralelo, las manifestaciones de profesores disidentes adscritos a la llamada Coordinador Nacional de Trabajadores de la Educación han derivado en algunos casos en ataques a oficinas partidistas y electorales en lugares como los estados sureños de Guerrero y Oaxaca.
Para algunos, sin embargo, los atentados contra candidatos son más un reflejo de la violencia que desde hace años padecen algunas zonas del país que a un intento de afectar los comicios.
El Presidente Enrique Peña Nieto asumió el poder en diciembre de 2012 con la promesa de reducir la violencia y recuperar la paz tras seis años de una ola constante de violencia del narcotráfico, sin embargo, la situación no ha mejorado en varias zonas del país.