DACCA.- Las autoridades de Bangladesh repatriaron de Tailandia a 47 inmigrantes indocumentados que fueron captados por redes de trata de personas y han arrestado a siete traficantes vinculados con el envío de barcos hacia el Sudeste Asiático en las últimas 24 horas, informaron hoy diversas fuentes.
Los 47 ciudadanos bangladesíes llegaron a última hora de ayer a Dacca en un vuelo procedente de Bangkok, según confirmó un funcionario de la compañía aérea y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
"Bangladesh ha prometido repatriar al país a todos los nacionales después de realizar un proceso de verificación de identidad, así que esperamos que próximamente siga llegando más gente", afirmó el portavoz de la OIM en el país, Aninda Dutta.
Estos inmigrantes repatriados se suman a otros 18 bangladesíes entregados por Indonesia el pasado viernes y a 150 que llegaron desde Myanmar el día 8.
Este último grupo de inmigrantes indocumentados había sido rescatado por las autoridades tailandesas el año pasado, según el director de bienestar del Ministerio bangladesí de Asuntos Exteriores, BM Jamal Hossain, citado por el rotativo local The Daily Star.
Mientras tanto Bangladesh, uno de los orígenes del éxodo migratorio hacia los países del Sudeste Asiático, aumenta la presión sobre las mafias durante este tiempo.
La Policía informó hoy del arresto esta madrugada de siete traficantes en el distrito suroriental de Cox's Bazar, en la frontera con Myanmar.
"Los arrestados se encargaban de reclutar a gente para los barcos que van a Tailandia y Malasia. Han sido presentados ya ante un juez", dijo a Efe un mando policial de la zona, Ataur Rehman.
Según la fuente, las fuerzas de seguridad bangladesíes han arrestado a un total de 31 traficantes desde el comienzo de la crisis, mientras que otros cinco han muerto en tiroteos.
El éxodo al Sudeste Asiático, en especial hacia Malasia, lleva años ocurriendo, pero en mayo una serie de operaciones contra las redes de tráfico, primero en suelo tailandés y luego también en Malasia, dejaron al descubierto el tamaño de un problema elevado a crisis humanitaria.
Más de 5.000 bangladesíes de clase baja y miembros de la minoría musulmana rohinyá, considerada apátrida en Myanmar, han llegado desde entonces a las costas de Tailandia, Malasia e Indonesia a través de redes de traficantes.