SAO PAULO.- El ministro de Justicia brasileño, José Eduardo Cardozo, ratificó la postura del Gobierno contra la propuesta de reducir la edad de responsabilidad penal de 18 a 16 años, por considerar que las prisiones de Brasil son "escuelas del crimen".
Cardozo declaró que "buena parte de la violencia que tenemos en nuestra sociedad está comandada desde dentro de los presidios. ¿Sabemos eso y vamos a colocar a niños y adolescentes dentro de las cárceles para ser capturados por esas organizaciones criminales?".
Además, participó este martes en una audiencia de la Comisión de Derechos Humanos y Minorías que debate alternativas a la reducción de la mayoría penal, un asunto que, según el presidente de la Cámara baja, Eduardo Cunha, será votado este mes por los parlamentarios.
El ministro defendió aumentar el tiempo de reclusión de los adolescentes que practican crímenes graves, así como duplicar las penas a los adultos que capten a menores de edad para cometer delitos.
El titular de Justicia recordó que el sistema de prisiones brasileño tiene un déficit de 300.000 plazas, por lo que, a su juicio, las cárceles no tienen condiciones de recibir "jóvenes que serán juzgados como adultos".
Varias organizaciones internacionales, entre ellas Human Right Watch (HRW) y Unicef, consideran que es un "retroceso" la propuesta de enmienda constitucional de reducción de la edad penal, la cual está prevista que sea votada esta semana por una comisión especial antes de pasar al plenario de la Cámara de Diputados.
Según un estudio publicado por el Instituto de Investigaciones Económicas Aplicadas (Ipea), 23.100 adolescentes fueron privados de libertad en 2013 en Brasil, de los cuales sólo 3.200 fueron detenidos por homicidio, violación o lesión corporal.
"El resto está privado de libertad por actos como robo y tráfico de drogas, lo que no justificaría la severidad de la medida", comentó la técnica en Investigación y Planificación del Ipea, Enid Rocha.
De acuerdo con los datos del instituto, el 40 % de las infracciones cometidas en 2013 por adolescentes fueron robos, en tanto que un 23,5 % respondió por tráfico de drogas, el 8,75 % por robos seguidos de muertes, el 3,4 % por hurto, el 1,9 % por violación y un 0,9 % por lesión corporal.
El informe también recalcó que la infracción juvenil no "está asociada a la pobreza o a la miseria en sí, sino, sobre todo, a la desigualdad social".
"Sin escuela, sin trabajo o con inserción laboral precaria, los jóvenes quedan más desprotegidos y, consecuentemente, más expuestos", añade el informe.
