WASHINGTON.- El Presidente Barack Obama y los republicanos del Congreso unieron fuerzas la noche del miércoles en un rápido intento de rescate bipartita de la agenda comercial del Mandatario que fue desechada por la Cámara de Representantes en una rebelión por parte de los demócratas y respaldada por los sindicatos.
Funcionarios dijeron que la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, votaría el jueves una propuesta de ley para darle a Obama una mayor autoridad en la negociación que la administración busca para cerrar un tratado de comercio con 12 países de la Cuenca del Pacífico.
Además, el presidente de la cámara baja John Boehner y el líder de la mayoría del Senado Mitch McConnell, se comprometieron a que el Congreso controlado por los republicanos aprobarán la iniciativa de ley “de manera oportuna” si se brinda apoyo a trabajadores que pierdan sus trabajos debido a las importaciones, una demanda clave de los demócratas.
La medida en materia comercial le permitiría al Congreso aprobar o rechazar cualquier acuerdo que negocie la administración, pero no cambiarlo. Un total de 28 demócratas votaron con republicanos la semana pasada para darle a Obama la autoridad de negociación. Toda la propuesta de ley se desvió cuando una gran mayoría de demócratas votaron en contra del paquete de apoyo a trabajadores desplazados con la esperanza de rechazar todo el paquete del tratado de comercio.
Normalmente, el programa de apoyo es una prioridad demócrata y tiene poco apoyo entre republicanos, pero en este caso los demócratas con apoyo de los sindicatos votaron en contra. Al separar la iniciativa en propuestas separadas, la dirigencia del Partido Republicano y la Casa Blanca esperan un fuerte respaldo republicano para aprobar la autoridad de negociación de tratados de comercio. La senadora Dianne Feinstein de California y otros demócratas dijeron que querían que Obama firmara ambas propuestas de ley al mismo tiempo, y la declaración de McConnell y Boehner parecía diseñada para asegurarles que sin importar el tiempo, se lograrían ambas medidas. Bajo la estrategia montada por Boehner y McConnell, así como por el presidente, la ayuda para trabajadores desplazados pasaría al Congreso de forma separada de la legislación sobre la negociación de tratados de comercio.