NAIROBI.- El Gobierno de Kenia extremará las medidas de seguridad en el país durante el mes del Ramadán, que comenzó hoy para millones de musulmanes.
El Mandatario Uhuru Kenyatta declaró, a través de un comunicado, que dio estas instrucciones "para garantizar que nuestros hermanos musulmanes puedan cumplir con sus obligaciones religiosas sin impedimentos".
Añadió que estas medidas, que incluyen toques de queda en las zonas más próximas a Somalia, son para prevenir posibles atentados, especialmente del grupo terrorista somalí Al Shabab.
"Conscientes de que los enemigos de nuestro país pueden desear aprovechar esta temporada, hago un llamado a toda la fraternidad musulmana a no bajar la guardia y a cooperar plenamente con los organismos de seguridad", declaró.
Por otra parte, Kenyatta anunció el inminente fin de la suspensión de las licencia de trece Operadores de Transferencias Monetarias (MTO), que estaban bajo sospecha de financiar el terrorismo en el país vecino.
Esta suspensión, que afectó a las remesas que somalíes en Kenia enviaban a sus familiares, entró en vigor luego de un atentado en la Universidad de Garissa, en la que Al Shabab mató a 148 personas.
Sin embargo, el Banco Central de Kenia continuará con sus investigaciones para impedir que su dinero financie al grupo terrorista, medidas que ya han tomado bancos de Estados Unidos, Reino Unido o Australia.
El país ha sido blanco de numerosos atentados desde que, en octubre de 2011, sus tropas entraron en Somalia, debido a una oleada de secuestros en territorio keniano atribuidos a la milicia islamista somalí.
Kenia, mayoritariamente cristiano, cuenta con un 10 % de musulmanes, concentrados especialmente en la costa y la frontera con Somalia.
El mes del Ramadán, que comenzó esta madrugada para los suníes, es un periodo en el que los fieles no pueden comer, beber, fumar ni mantener relaciones sexuales desde el alba hasta el ocaso.