Francisco llegará a Bolivia el próximo mes.
EFE
LA PAZ.- Un pequeño altar en honor al demonio, incrustado en una roca sobre la ruta que recorrerá el Papa Francisco en su próxima visita a Bolivia, sería tapado o retirado por las autoridades comunales de La Paz.
El lugar conocido como la "curva del diablo", está enclavado en los márgenes de la autopista que une el aeropuerto de El Alto con La Paz y será paso obligatorio de Francisco, aunque es poco probable que el pontífice lo aviste por la multitud que previsiblemente se concentrará ahí.
El altar, donde se efectúan ritos presuntamente satánicos los martes y viernes, "es simplemente algo que está ahí y no creo que la gente que vaya a saludar en la autopista repare en ello y mucho menos nuestro papa", comentó el arzobispo de La Paz, monseñor Edmundo Abastoflor.
"Sin embargo, sabemos que nuestras autoridades están tomando algunas previsiones", para ocultarlo, agregó el prelado.
Hace cinco años, un altar similar, unos metros más arriba, fue demolido por una cuadrilla de obreros, pero muy pronto fue repuesto por seguidores, aunque sin el rostro del diablo que estuvo tallado en el antiguo lugar.
Dos veces a la semana se realizan ritos con cirios negros y ocasionalmente con sacrificios de aves de corral a vista de todo el mundo.
Es frecuente hallar en el sitio velas negras con fotografías, cabellos o prendas de personas a quien se quiere hacer el mal.
Francisco pasará en un auto descubierto a unos diez metros del lugar el próximo ocho de julio cuando visite La Paz por unas horas, antes de partir a Santa Cruz donde desarrollará el grueso de sus actividades en los casi tres días de estancia en Bolivia.