BOGOTÁ.- Habitantes de una zona rural del municipio de Argelia, en el suroeste de Colombia, obligaron este martes al desalojo de unos 60 uniformados presentes en la estación policial del lugar, por temor a un ataque de la guerrilla FARC, informaron medios locales.
Los agentes tuvieron que desplazarse del corregimiento rural de El Mango a la cabecera urbana de ese municipio perteneciente al departamento del Cauca, después de que algunos de sus habitantes "arremetieran en masa contra la estación de policía de este corregimiento con el propósito de obligar la salida de los uniformados", dijo la Policía Nacional en un comunicado.
La asonada incluyó un incendio cerca del establecimiento y el derribo, con maquinaria pesada, de las trincheras de protección que lo rodeaban, agregó el texto.
"Para evitar que se desencadenara una tragedia, las unidades se movilizaron hacia la cabecera municipal" de Argelia, añadió el comunicado.
Para la entidad, los ciudadanos estaban influenciados por miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), principal guerrilla de Colombia con unos 8.000 combatientes según cifras oficiales, que tienen presencia en la zona.
Sin embargo, autoridades del sitio aseguraron a medios locales que los pobladores de El Mango temen un ataque de esa guerrilla por la ubicación de la estación, cerca de viviendas civiles.
Según la policía, "esta agresión evidencia que las FARC han querido poner en riesgo la seguridad e integridad de la comunidad".
Por su parte, la Defensoría del Pueblo, encargada de velar por los derechos humanos en Colombia, calificó este hecho como "inaceptable".
"Resulta paradójico que las comunidades pidan ampliar el pie de fuerza en los más de 1.000 municipios del país, y allí no quieran la presencia de las Fuerzas Armadas", afirmó en un comunicado Jorge Armando Otálora, titular de esa entidad.
Las FARC sostienen negociaciones de paz con el gobierno colombiano desde noviembre de 2012 en La Habana, aunque sin una tregua bilateral previa a las negociaciones.
Desde finales de mayo, cuando esa guerrilla suspendió un cese del fuego unilateral iniciado en diciembre, los insurgentes han aumentado su accionar con atentados a la infraestructura petrolera y energética, así como contra uniformados, dejando una quincena de muertes en ese bando, de acuerdo con la versión oficial.