WASHINGTON.- El Departamento de Estado dijo este jueves que no ha podido encontrar en sus registros parte o la totalidad de 15 correos electrónicos de Hillary Clinton que datan de su tiempo como secretaria de Estado, cuyas copias fueron entregadas al congreso.
Miles de correos electrónicos de trabajo del servidor privado de Clinton fueron entregados a una comisión de la Cámara de Representantes que investiga los ataques al consulado de Estados Unidos en Bengasi, Libia, en 2012.
En ese ataque murieron el embajador estadounidense Christopher Stevens y tres agentes.
La administración demócrata y Clinton son acusados por los republicanos en el Congreso de querer disimular una parte de los hechos.
Una comisión parlamentaria investiga ese ataque y tiene entre sus manos miles de correos entregados por un amigo de la pareja Clinton, Sidney Blumenthal, quien servía de consejero informal sobre Libia cuando la precandidata demócrata a la Casa Blanca se desempeñaba como Secretaria de Estado (2009-2013).
Al comparar esos correos brindados por Blumenthal a los 30.000 que Clinton transfirió en diciembre al departamento de Estado para su archivo, un funcionario se dio cuenta que 15 correos, o partes de algunos, no se podían encontrar.
"Los correos que la ministra Clinton transfirió al Departamento de Estado incluyen casi todo el contenido de lo que produjo Blumenthal" en la comisión Bengasi, explicó el diplomático estadounidense.
"Sin embargo, en un número limitado de casos, 15, no pudimos encontrar la totalidad o una parte del contenido de un documento de la producción (de Blumenthal) entre las decenas de miles de correos que (Clinton) nos entregó", admitió.
"El contenido de esos 15 correos no tratan sobre el ataque de Bengasi en 2012", detalló.
Hillary Clinton admitió el 11 de marzo que usó una única dirección --hdr22@clintonemail.com--, administrada por un servidor privado, cuando era la responsable de la diplomacia estadounidense.
Explicó entonces que había identificado y entregado en diciembre alrededor de 30.000 mensajes vinculados a sus funciones en el departamento de Estado con el fin de que fueran oficialmente archivados, mientras que el resto de los mensajes recibidos o enviados durante ese período (cerca de 32.000) fueron considerados privados por sus abogados y borrados.