Wesolowski no asistió al juicio por estar hospitalizado
EFE
ROMA.- Se esperaba con expectación
el inicio hoy del juicio en el Vaticano contra el ex nuncio en la República Dominicana Josef Wesolowski, acusado de abusos a menores, pero el proceso ha sido aplazado ya que el religioso, de 66 años, se encuentra en cuidados intensivos, en un hospital en Roma, informó el Vaticano.
Se desconoce por el momento una nueva fecha del juicio. Al ex arzobispo polaco se le acusa de haber abusado de menores en la República Dominicana y de poseer "una gran" cantidad de pornografía infantil.
Wesolowski es el primer religioso de alta jerarquía que es llevado a juicio penal en el Vaticano. Se desconocen las razones por las que está siendo atendido en un hospital. "Le vi hace dos o tres días y se encontraba bien para su edad y su situación", dijo su abogado, Antonello Blasi.
Wesolowski se encuentra bajo arresto domiciliario en el Vaticano. En 2013 se le ordenó regresar de República Dominicana, después de que hubiese rumores de que había cometido abusos. Al parecer pagó por servicios sexuales a muchachos de entre 13 y 16 años.
El acusado afronta en total cinco cargos y podría ser condenado a hasta 12 años de prisión. Se le retiró la dignidad de obispo, decisión contra la que presentó un recurso de apelación.
El proceso probablemente se prolongue hasta principios de 2016, informó Radio Vaticano. Es poco probable que el papa Francisco vaya a indultar a Wesolowski en caso de que fuese condenado.
Al igual que su predecesor Benedicto XVI, Francisco sigue una línea dura en lo que se refiere a los abusos a menores.
El escándalo que provocaron los casos de abusos que durante años fueron acallados por las instituciones religiosas condujo a la Iglesia católica a una de sus crisis más graves. No todos los países han actuado de la misma forma a la hora de hacer frente al problema. En términos generales, a la Iglesia se le reprocha el no haber hecho lo suficiente para acabar con el encubrimiento.
El Papa Francisco instaló un departamento legal para que se ocupe de los casos en todo el mundo en los que los obispos no denuncien los casos de abusos a menores. Para las voces críticas, esta medida es insuficiente porque se trata de clérigos que se ocupan de actos cometidos por otros clérigos.