PAMPLONA.- Mientras los poderosos toros que sacudieron las calles de Pamplona durante el sexto "encierro" de las fiestas de San Fermín sólo dejaron un joven lesionado este domingo, las vaquillas que protagonizaron una "suelta" realizada horas después resultaron más riesgosas para los celebrantes.
La jornada de hoy se desarrolló con relativa normalidad pese al revuelo de los corredores y el pesado galope de los astados. A primera hora de la mañana, seis reses de la ganadería de Conde de la Maza salieron de los corrales para recorrer los algo más de 800 metros de callejuelas de la capital navarra.
El trayecto se extiende hasta la plaza de toros, donde los animales iban a ser lidiados -y probablemente muertos- durante la tarde.
Los toros, apenas visibles en ocasiones ante la masificación de corredores vestidos en su mayoría de blanco, tardaron 2 minutos y 27 segundos en completar su camino. Pese a las muchas caídas de mozos, las reses siguieron su camino sin fijarse en los hombres tirados en el suelo.
Un joven de nacionalidad española y de 22 años de edad sufrió una luxación de hombro durante la escapatoria. Tras recibir atención médica fue dado de alta, de acuerdo a los organizadores.
Curiosamente, más tarde los médicos tuvieron más trabajo en la posterior suelta de vaquillas efectuada en la plaza de toro, luego del encierro.
Según encargados de la fiesta, un hombre de nacionalidad australiana tuvo que ser trasladado al hospital y otras 15 personas fueron atendidas en la enfermería de la plaza de toros por diversas causas, desde luxaciones a fracturas.
La víspera, un estadounidense y tres españoles resultaron heridos por golpes de astas de toro en el quinto encierro de los festejos. Ninguno corría riesgo vital.
Quince personas han muerto en los encierros de San Fermín desde que empezaron a mantenerse registros en 1911. El último de ellos, en 2009, fue un español de 27 años corneado en el cuello, el corazón y los pulmones.
El año pasado, alrededor de 17.000 personas participaron en este festival taurino de ocho días. Un 56% de los corredores procede del extranjero, de acuerdo a cifras del ayuntamiento de Pamplona.
Para esta edición estiman que unas 300.000 personas participen en la actividad, inmortalizada por el escritor estadounidense Ernest Hemingway en su novela "Fiesta" y que también enfrenta duras críticas de organizaciones animalistas. Éstas denuncian el maltrato que sufren las reses, destinadas a morir en la plaza de toros durante el ceremonial.