BAGDAD.- Al menos 115 personas fallecieron y 130 resultaron heridas en el atentado cometido ayer en un mercado popular de la zona de Jan Beni Said, al noreste de la capital Bagdad, que fue reivindicado por el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS).
Así lo indican los últimos datos entregados por una fuente de seguridad local.
El ataque también deja al menos 20 desaparecidos. Las autoridades creen que varios cuerpos se desintegraron debido a la fuerza por la detonación de un camión bomba junto a ese mercado, que se encontraba abarrotado de clientes en el momento del estallido.
Además de las víctimas, 50 locales comerciales quedaron destruidos y 70 vehículos calcinados por la potente explosión, que dejó un enorme cráter en el suelo.
ISIS reivindicó anoche a través de la red social Twitter el atentado, que según la organización yihadista, fue llevado a cabo por un terrorista suicida iraquí que hizo estallar un vehículo cargado con tres toneladas de explosivos.
El grupo aseguró que la operación acabó con la vida de 180 milicianos chiíes que estaban congregados cerca de la mezquita de Al Rasul Al Aadam. La organización mantiene una sangrienta campaña dirigida contra esa denominación musulmana.
Coincidencia con el Ramadán
Una fuente de seguridad en Bagdad aseguró que la mayoría de los fallecidos eran civiles que estaban realizando sus compras, coincidiendo con la festividad con la que culmina el mes sagrado de Ramadán.
Las autoridades locales formaron una comisión para investigar el ataque y averiguar cómo pudo llegar el vehículo bomba hasta ese lugar, a pesar de las medidas de seguridad adoptadas por el fin del Ramadán y la festividad religiosa del Aid al Fitr.
Por su parte, Muzanna al Tamimi, gobernador de la provincia de Diyala, donde tuvo lugar el atentado, decretó anoche tres días de duelo y suspendió todas las celebraciones.
Durante estos días festivos, las familias sueles acudir a plazas, parques y mercados, para comprar dulces y regalos, y por ello la seguridad se ha reforzado en los lugares públicos.
Jan Beni Said se encuentra a 50 kilómetros al sur de la localidad de Baquba, capital provincial de Diyala, y su población es mayoritariamente chií, rama del islam que suele ser blanco de ataques de ISIS.
La acción es una de las más mortíferas desde que el grupo yihadista conquistó amplias zonas del país en junio de 2014 y proclamó su "califato" en las zonas bajo su dominio, tanto en territorio iraquí como en Siria.