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¿Cuánto cambia la política exterior de EE.UU. con los nuevos acuerdos de Obama?

Si bien el pacto nuclear con Irán y el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba marcan un hito para el Gobierno estadounidense, habrá que esperar si el estilo más diplomático del Mandatario se perpetuará en las administraciones futuras.

20 de Julio de 2015 | 15:20 | Por Ramón Jara A., Emol
SANTIAGO.- El izamiento de la bandera cubana este lunes en la reabierta embajada isleña en Washington, pasará a la historia como uno de los símbolos del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre La Habana y EE.UU., congeladas hace 54 años producto de la Guerra Fría.

El hecho -que el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, replicará el 14 de agosto en Cuba- marca un punto de quiebre tras décadas de conflictos, y sin duda también representa un hito para el Gobierno de Barack Obama, que se suma al acuerdo nuclear alcanzado con Irán la semana pasada, junto a otros cinco países (que aún debe aprobar el Congreso estadounidense), poniendo a la diplomacia y el diálogo como el gran gestor de estos pactos.

De todos modos, con estos nuevos hechos vale preguntarse: ¿Es este un cambio radical en la política exterior de Estados Unidos? ¿Podrá Obama impregnar un nuevo estilo en esta materia para el futuro?

Consultada por Emol, la abogada experta en Derecho Internacional, Paz Zárate, enfatiza que los cambios van más bien en la forma que en el fondo. Así, en el caso de Irán, la negociación empezó en 2006, bajo la administración de George W. Bush, donde "lo que vemos es un resultado multilateral (no unilateral), que por el lado de EE.UU. es fruto de una continuación de una política anterior. No un cambio radical ni unilateral". Esto queda reflejado, por ejemplo, en que el país islámico continúa en la lista de Estados que auspician el terrorismo.

"Sólo indirectamente, a partir del acuerdo multilateral nuclear, puede decirse que EE.UU. e Irán intentarán navegar de ahora en adelante alejándose de las posturas extremas que han existido en cada país respecto al otro, y conduciendo sus contactos desde posturas moderadas. El acuerdo nuclear, hay que subrayar, aún debe ser aprobado por el Congreso estadounidense. Hoy el Consejo de Seguridad de la ONU, al menos, lo ha aprobado: esto constituye un espaldarazo al acuerdo", sostiene.

En cuanto a Cuba, Zárate sí habla de un cambio importante, pero no radical. "El embargo persiste, aunque las sanciones se han suavizado dentro del margen autorizado para acción del Ejecutivo, y Cuba (a diferencia de Irán) ya ha sido excluida de la lista de Estados que auspician el terrorismo. La política que EE.UU. tenía con Cuba es una política de cinco décadas, un vestigio de la Guerra Fría", explica.

"El cambio es que EE.UU. establece una línea de comunicación que no había, porque la política anterior era simplemente no hablar con un país de gran proximidad geográfica y vínculos humanos. Estados Unidos no condona abusos de derechos humanos o se ha hecho amigo del régimen dictatorial en Cuba", aclara. 

Sin embargo, la analista sí advierte el cambio que le ha dado Obama al trato en esta materia, aunque recalca que esto no necesariamente marcará un nuevo sello en la política  exterior norteamericana. "La forma y el fondo son cosas distintas. El fondo de la política exterior excede la duración de una administración. La forma, naturalmente, sí cambia con cada Presidencia. Obama desde su primer mandato ha cambiado el estilo que tenía George Bush. Y tan importante es eso que fue incluso sólo el anuncio del cambio en estilo de proyectar a Estados Unidos frente al mundo lo que le valió -prematuramente- el Premio Nobel de la Paz. Si el estilo de Obama, pro diplomacia y multilateralismo, será perpetuado, depende de quien sea su sucesor, o sucesora", aclara.

"En términos generales, no comparto la premisa de que Obama mantuvo misma actitud que sus predecesores en política exterior, aunque en América Latina, sí se puede decir que la actitud ha sido la misma, de poco interés. Pero en muchos otros aspectos, hemos visto avances graduales. Obama dijo en la inauguración de su primer mandato (2009) que 'sólo el poder no puede protegernos ni nos da derecho a hacer lo que queramos'. Esa es su visión y sus acciones son concordantes con este pensamiento, para recuperar el prestigio de la diplomacia estadounidense por sobre la acción armada y el unilateralismo", enfatiza.

Qué queda ahora para Obama

Obviamente, Irán y Cuba no son todo para EE.UU. en materia de relaciones internacionales, ya que aún queda resolver el conflicto con el Estado Islámico en Irak y Siria, así como también enfrentar la guerra civil en ese país ("el mayor drama humanitario desde la segunda guerra mundial", según Zárate) y la crisis con Rusia. "A nivel global, y en materia de seguridad, estos tres desafíos mayores para la diplomacia", dice la especialista.

En tanto, volviendo a Irán, Paz Zárate recalca que "la mayor preocupación, que es el desarrollo de bomba nuclear iraní, además de ser amenaza a Israel  (el mayor aliado de EE.UU. en la región), es detener una carrera nuclear en el Medio Oriente. Aún no sabemos si estos objetivos se conseguirán. Pero la diplomacia internacional recobra prestigio con estas acciones".

En cuanto a lo que pueden influir en el derecho internacional este tipo de acuerdos, Zárate explica: "El derecho internacional busca asegurar la paz entre las naciones. Y la primera forma de reforzarlo es el desarrollo de los mecanismos pacíficos de solución de controversias, que incluyen los medios diplomáticos. Estos se ven beneficiados de manera general cuando se alcanzan grandes acuerdos, o se reabren puentes de diálogo".
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