MEDELLÍN.- Una gran excavación comenzó este lunes en un vertedero en Medellín en busca de restos de desaparecidos durante el conflicto armado que azota a Colombia desde hace más de medio siglo.
El operativo oficial tiene lugar en La Escombrera, un vertedero ubicado en la Comuna 13, escenario del accionar de guerrillas, paramilitares y agentes del Estado y donde podría haber enterradas entre 90 personas, según la Fiscalía, y 300, según organizaciones de derechos humanos.
El Ministro del Interior, Juan Fernando Cristo señaló que esto "es un evento histórico, no solamente para las víctimas de las comunas de Medellín y para sus familiares, sino para el proceso de reparación de víctimas en toda Colombia".
Pobladores y activistas celebraron que finalmente se desentierre la verdad de lo ocurrido en las últimas dos décadas en la Comuna 13. "La desaparición forzada implica vivir de forma permanente con dolor e incertidumbre", dijo Margarita Restrepo, integrante de la ONG Mujeres Caminando por la Verdad.
La violencia de la conflagración interna en Colombia ha marcado la historia de esa localidad, donde hoy viven unas 250.000 personas en barrios extendidos entre cerros y donde siguen actuando bandas de narcotráfico y extorsión.
Allí, hace unos 25 años operaban milicias de guerrillas como las FARC y el Ejército de Liberación Nacional. A fines de la década de 1990, grupos armados irregulares de extrema derecha entraron a disputarles el dominio hasta que agentes del Estado tomaron el sitio a sangre y fuego a comienzos de los 2000.
La remoción de escombros, a cargo de la Fiscalía con apoyo de autoridades locales, fue ordenada tras confesiones de paramilitares que se desmovilizaron masivamente entre 2002 y 2006, en un proceso impulsado por el entonces Presidente y actual senador, Álvaro Uribe, quien ofreció reducciones de pena a cambio de verdad y reparación de víctimas.
Entre quienes han confesado haber llevado cadáveres a La Escombrera está Diego Murillo, alias don Berna, antiguo sicario del cártel de Medellín y ex paramilitar extraditado a Estados Unidos en 2008.