El cazador profesional Theo Bronkhorst (d) a su llegada a la magistratura de Hwange, a 700 Kilómetros de Harare, Zimbabue, para prestar declaración.
EFE
CHICAGO.- El dentista estadounidense que mató al querido león Cecil en Zimbabwe es un coleccionista de trofeos de cacería que ya tiene en su palmarés una condena por caza furtiva en Estados Unidos.
Walter Palmer, de 55 años, se ufana de ser un purista del arco y flecha que ni siquiera lleva un arma de fuego como refuerzo cuando está tras una gran presa.
Es lo que dijo el propio Palmer, personaje de cierto renombre en el mundo de la cacería, en un artículo del New York Times sobre los buscadores de trofeos publicado en 2009.
En aquella ocasión contó al diario que aprendió a disparar a los cinco años y que ha matado a todos los 29 trofeos animales reconocidos por el grupo de cazadores de arco y flecha Pope and Young, menos uno.
Se dice que es capaz de acertar un naipe con su arco compuesto desde 100 metros de distancia.
Pero su popularidad mermó desde que el martes una ONG denunció la muerte, a manos de Palmer, de este león semidomesticado, tranquilo y majestuoso que era símbolo del parque nacional de Hwange.
Este miércoles dos zimbabwenses comparecen ante la justicia de su país acusados de caza furtiva por haber organizado el safari.
Luego de la denuncia de la ONG, las imágenes de Palmer sonriente sobre sus presas muertas (un leopardo que yace flácido como un muñeco de peluche sobre sus brazos desnudos, un rinoceronte, un alce, un búfalo...) comenzaron a circular en internet.
En 2006 en Estados Unidos, Palmer disparó ilegalmente a un oso negro fuera del área designada de cacería. Fue condenado por mentir a las autoridades federales sobre el lugar de la matanza y pasó un año en libertad condicional tras pagar una multa de 3.000 dólares.
Su botín incluye 43 animales, entre ellos un oso polar, un puma, un elefante y otro león africano, según los registros del club obtenidos por el diario Minneapolis Star Tribune.
Al parecer, el león
Cecil fue atraído fuera de los límites del parque Hwange con una carnada y luego atacado con arco y flecha. Pero la flecha sólo lo hirió. Según la ONG Zimbabwe Conservation Task Force (ZCTF), pasaron 40 horas antes de que Palmer y su guía encontraran a su presa y le dieran el golpe final con un arma de fuego.
Según las autoridades de Zimbabue, Palmer pagó 50.000 dólares a Theo Bronkhorst y Honest Ndlovu -los dos inculpados locales- por esta expedición.