EL CAIRO.- El enviado especial de Naciones Unidas para Yemen, Ismail Uld al Sheij Ahmed, y el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, coincidieron hoy en El Cairo en la necesidad de encontrar una solución política al conflicto armado yemení.
Ambos responsables lo expresaron en una rueda de prensa conjunta al término de una reunión en la sede de la organización panárabe, en la capital egipcia.
Ahmed dio a conocer a Al Arabi los principales puntos de la solución política para resolver la crisis yemení, y que incluye el despliegue de un equipo de observadores bajo el mandato de la ONU.
"Vemos que en el futuro los observadores pueden ayudar a lograr una fórmula política, pero esto no sucederá sin una coordinación con la Liga Árabe", dijo Ahmed antes de puntualizar que "aunque tenemos puntos diferentes (con la Liga Árabe), también hay una gran coincidencia en las opiniones".
Al ser consultado sobre los puntos que planteó a Al Arabi para resolver la crisis, el emisario internacional respondió que han surgido algunas ideas que pueden traer la solución política, y que el líder de la Liga Árabe apoya la aplicación de la resolución 2016 del Consejo de Seguridad.
Esta propuesta pide la retirada de los rebeldes chiítas de todas las ciudades e instituciones estatales que ocuparon a partir de septiembre pasado, un alto al fuego y no una simple tregua, un despliegue de observadores y el envío de ayuda humanitaria.
Asimismo, contempla un proceso político pacífico basado en la iniciativa de los países árabes del golfo Pérsico, el diálogo nacional y la aplicación de las resoluciones de la ONU.
Sobre el asunto de los observadores, enfatizó que no se trataría de un ejército u observadores militares, sino de civiles de la ONU que trabajarían en coordinación con la Liga Árabe y algunos países musulmanes.
"Pero todo esto no sucederá si no está incluido en un acuerdo político global entre las partes implicadas en el conflicto", agregó Ahmed.
Por su lado, Al Arabi insistió en que es preciso dejar claro que los observadores árabes y de países musulmanes deben ser desplegados bajo el auspicio de la ONU, pero con un alto el fuego y un relanzamiento del proceso político en el Yemen.
Yemen está sumido en un conflicto civil desde el pasado septiembre cuando los rebeldes chiíes hutíes se levantaron en armas contra el Gobierno del presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, al que acusaban de entorpecer la transición política en el país.