El supertifón dejó más de 6.300 muertos y 1.000 desaparecidos en la región central del país.
Agencias/Archivo
MANILA.- El gobierno de Filipinas se comprometió hoy a hacer más para asistir a los damnificados por el tifón Haiyan tras recibir las críticas de la ONU por su respuesta "inadecuada" al desastre que afectó el archipiélago a finales de 2013.
Haiyan, considerada la tormenta más potente de la historia en tocar tierra, dejó más de 6.300 muertos y 1.000 desaparecidos en la región central del país, donde unas 2.000 familias siguen alojadas en campos en condiciones precarias, a menudo sin agua ni luz.
"El gobierno continuará sus esfuerzos para ayudar a las personas desplazadas, sobretodo con la construcción de viviendas permanentes, seguras y decentes", dijo el portavoz presidencial, Herminio Coloma, en declaraciones a la prensa recogidas por la televisión ABS-CBN.
El portavoz añadió que las autoridades buscan un lugar adecuado y seguro para recolocar a los afectados en el que también encuentren "trabajos y una manera de ganarse la vida para que puedan recuperarse plenamente de esa calamidad".
Coloma hizo las declaraciones después de que la relatora de la ONU para los desplazados internos, Chaloka Beyani, recriminara al gobierno filipino que no hubiera hecho lo suficiente para asistir a los afectados.
"Mientras que el gobierno debe ser elogiado por su respuesta inmediata, su atención para garantizar soluciones sostenibles y duraderas para los desplazados sigue siendo inadecuada", dijo Beyani en un comunicado tras visitar el país.
El supertifón Haiyan, de categoría 5, arrasó la región central de Filipinas con vientos de hasta 360 kilómetros por hora y una crecida del nivel del mar de más de tres metros.
El gobierno filipino aprobó un presupuesto de 167.800 millones de pesos (3.000 millones de euros) para las tareas de reconstrucción de los daños causados por el tifón.