SANTIAGO.- Exactamente en un año más se llevarán a cabo los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro y, a medida que se acerca la fecha, la popularidad de la Presidenta brasileña, Dilma Rousseff, ha debido defender la inversión de su Gobierno para la cita deportiva, cargando con el fantasma del excesivo gasto en que incurrió su administración para el Mundial de Fútbol de 2014.
Así lo demostró hoy la Mandataria en una columna publicada por "
El Mercurio", titulada "La mayor fiesta del deporte en el corazón de Brasil", ejemplo de la campaña mediática a nivel internacional que quiere emprender el Gobierno del gigante sudamericano, justo cuando su popularidad se desploma, a raíz de los últimos casos de corrupción.
Junto con expresar su emoción por la llegada de deportistas y turistas de todo el mundo, Rousseff partió destacando la inversión "en lo más importante: nuestros atletas".
De este modo, inversiones como los programas la Beca Atleta y el Plan Brasil Medallas "traerán resultados aún más duraderos, que van a superar los límites temporales de los Juegos Olímpicos. Creemos que la educación y el deporte son nuestros mejores aliados para asegurar la inclusión y la integración social".
No obstante, el punto más destacado por la Presidenta en su columna fue la fuerte inversión en infraestructura urbana hecha para la cita del próximo año. Esto difiere de lo ocurrido para el Mundial de 2014, donde gran parte de los US$11 mil millones invertidos para el evento fueron a parar a la remodelación y construcción de estadios, muchos de los cuales actualmente no están funcionando, al estar emplazados en ciudades pequeñas con equipos que ni siquiera juegan en la liga mayor del fútbol brasileño.
En este sentido, la Jefa de Estado resaltó que dos tercios de los gastos de los JJ.OO. han ido a obras como una nueva límea de metro para Río de Janeiro, líneas expresas de autobuses y nuevos edificios de oficinas y residencias en el Puerto Maravilla, entre otros proyectos.
Todo esto, además, como resultado de una fuerte inversión desde el sector privado, a diferencia de Brasil 2014, según afirmó Rousseff.
"El Parque Olímpico de la Barra y la Villa Olímpica son construcciones con inversión de la iniciativa privada. De esta forma, ya es posible afirmar que los Juegos de Río 2016 tendrán uno de los niveles más altos de inversión privada de las ediciones de dicho evento en los últimos 20 años", recalcó.
Esto se suma a otras inversiones como la construcción de un espacio para la práctica de deportes extremos o un nuevo centro olímpico de entrenamiento. Rousseff también destacó que la Arena del Futuro, construida en módulos, será desarmada después de los Juegos y transformada en cuatro escuelas, dándole una utilidad no vista tras el Mundial de Fútbol.
"El esfuerzo está siendo incrementado por las inversiones hechas en todo el Brasil. Son 12 centros de entrenamiento y 261 de iniciación deportiva, además de 46 pistas oficiales de atletismo. La inversión suma ya US$ 1.200 millones", recalcó.
"Como pueden ver, Brasil está totalmente preparado para la llegada de los Juegos. Vamos a mostrarle al mundo, orgullosamente, nuestras recientes conquistas de una democracia fuerte y consolidada, empeñada en reducir las desigualdades sociales por medio del desarrollo económico y la inversión. Ese es el esfuerzo colectivo de todo un país. Vamos a mostrar a los 15 mil atletas olímpicos y paraolímpicos, a miles de aficionados y a miles de millones de espectadores, nuestra energía para superar tantos desafíos", cerró la Mandataria.