EL CAIRO.- Egipto inaugura este jueves una segunda vía en el canal de Suez, un ambicioso proyecto para relanzar su economía, con una ceremonia espectacular que incluye un desfile aéreo y otro naval conducido por el presidente Abdal Fatá Al Sisi.
La ceremonia, con el Presidente francés François Hollande como invitado de honor, se celebrará por la tarde en Ismailía (noreste), al borde del canal.
También se espera la presencia del emir de Kuwait, el rey de Bahréin, los jefes de gobierno ruso, Dmitri Medvedev, y griego, Alexis Tsipras, así como del presidente palestino y el de Yemen.
El canal de Suez, inaugurado en 1869, une el mar Rojo con el Mediterráneo y es una de las principales rutas del comercio mundial, sobre todo para el transporte de petróleo.
Además supone une fuente de ingresos muy importante para Egipto, que quiere reactivar su economía, debilitada desde que en 2011 una revuelta expulsó a Hosni Mubarak del poder.
En 2007 el tráfico del canal de Suez representaba un 7,5% del comercio marítimo mundial.
La reforma del canal es el proyecto estrella de Sisi, el exjefe del ejército que en 2013 derrocó al presidente islamista Mohamd Mursi democráticamente elegido y luego se convirtió en presidente.
La nueva vía, de 72 kilómetros, permitirá doblar progresivamente el tráfico hasta 2023. Ese año podrán circular por el canal 97 navíos, frente a los 49 actuales. Además el nuevo cauce permitirá la circulación en ambos sentidos, con lo que los tiempos de espera de los barcos pasará de 18 a 11 horas.
Además se prevé que los ingresos del canal pasen de los 5.300 millones de dólares previstos en 2015 a 13.200 millones de dólares en 2023.
En la ceremonia de este jueves, Sisi conducirá un desfile naval a bordo de un elegante yate que perteneció a la familia real egipcia. También se celebrará un desfile aéreo con tres aviones de combate Rafale y ocho F-16, comprados recientemente a Francia y Estados Unidos.
Grandes medidas de seguridad
Durante las celebraciones, cerca de 10.000 policías estarán movilizados en todo el país, que vive una ola de atentados yihadistas, entre ellos de la rama egipcia del grupo yihadista Estado Islámico (EI).
El miércoles, este grupo amenazó con ejecutar en las próximas 48 horas a un croata que trabajaba para una compañía francesa cuando fue secuestrado el 22 de julio en las afueras de El Cairo.
Las obras, que empezaron el 5 de agosto de 2014 y han terminado en tan sólo un año, como quería el presidente egipcio, costaron cerca de 9.000 millones de dólares, costeados en parte por participaciones del canal que el Estado vendió a los egipcios.
Las autoridades también quiere convertir la zona que bordea el canal en una plataforma industrial y comercial con varios puertos y un centro de servicios para las flotas comerciales, un proyecto que podría crear más de un millón de puestos de trabajo en los próximos 15 años.
"Hay muchísimos inversores que quiere invertir en este proyecto", dijo Mohab Mamish, el director de la autoridad que gestiona el canal.
La inauguración de este jueves es una muestra de la voluntad de Egipto de convertirse en un actor clave en la región. Al mismo tiempo los países occidentales han moderado sus críticas a la represión de la oposición, que hasta ahora ha dejado al menos 1.400 muertos y ha llevado a la cárcel a decenas de miles de personas en juicios sumarios denunciados por la ONU.
"El nuevo régimen ha lanzado una lucha política para asentar su legitimidad en el interior del país pero también en el extranjero", explica Adly, un experto del centro Carnegie para Oriente Medio.