SEÚL.- Corea del Sur acusó hoy al Norte de plantar en su territorio unas minas explosivas que mutilaron gravemente a dos de sus soldados la pasada semana, un grave suceso que incrementa la tensión de cara a las maniobras que Seúl y Washington realizarán en los próximos días.
El estado mayor surcoreano consideró hoy en un comunicado que se trata de una "provocación" y "una clara violación del armisticio" que en 1953 puso fin a la contienda que desangró durante tres años a ambos países -técnicamente aún en guerra- y también de los tratados posteriores de no agresión.
El Ejército surcoreano ha urgido al régimen de Pyongyang a que pida perdón por esta acción y a que castigue a sus responsables.
Su hermético vecino del norte no se ha pronunciado hasta el momento acerca del suceso, que tuvo lugar el pasado 4 de agosto en la franja sur de la zona desmilitarizada (DMZ) que separa a los dos enemigos en la localidad de Paju, en la provincia de Gyeonggi (unos 40 kilómetros al norte de Seúl).
La DMZ es una franja de terreno de apenas 4 kilómetros de ancho que desde los años cincuenta divide la península coreana en torno al paralelo 38.
Un contingente surcoreano de ocho efectivos que realizaba una patrulla rutinaria de reconocimiento al sur de la franja activó involuntariamente las tres minas y la explosión resultante amputó las piernas de dos sargentos que integraban el grupo.
El Mando de Naciones Unidas, la fuerza multinacional que apoya a Seúl desde la guerra y que se encuentra estacionada en la zona de seguridad compartida de la DMZ, participó en la investigación conjunta del suceso junto a personal militar surcoreano, estadounidense, neozelandés y colombiano.
Al igual que Seúl, su conclusión es que los "dispositivos fueron colocados recientemente" de manera deliberada y que ello supone una violación de varios términos del alto el fuego en vigor desde 1953.
El general del Ejército surcoreano Ahn Young-ho, que ha dirigido la investigación plurinacional, explicó hoy en rueda de prensa que entre los restos de la detonación se encontraron trozos de madera (pertenecientes a las cajas de las minas) o trinitrotolueno (TNT), lo que se corresponde con el diseño típico de una mina norcoreana.
El militar denunció que las artefactos fueron colocadas ahí "con intención de infligir daño" y se refirió a los resultados de la investigación para descartar que éstos fueran arrastrados por riadas desde el Norte o la zona desmilitarizada (algo que sucede con frecuencia en la época del monzón).
El equipo investigador sospecha que un par de efectivos norcoreanos podrían haber cruzado la DMZ entre los pasados 26 de julio y 1 de agosto y haberse infiltrado en territorio surcoreano, donde habrían enterrado las minas en un terreno situado a unos 440 metros de la valla fronteriza.
La última vez que un suceso similar tuvo lugar en la frontera intercoreana fue a mediados de los años sesenta.
Debido a la gravedad del incidente, el general Ahn no tuvo duda en compararlo hoy con el hundimiento en 2010 de la corbeta Cheonan en el Mar Amarillo.
En aquella ocasión, la investigación de otro equipo multinacional apuntó a un torpedo norcoreano como causa del naufragio, que costó la vida a 46 militares surcoreanos, aunque algunos expertos independientes mostraron tiempos después dudas acerca de dichas conclusiones.
En cualquier caso Pyongyang sigue negando a día de hoy haber disparado proyectil alguno contra el buque.
Por otro lado, Ahn también subrayó que la maniobra parece destinada a afectar a la celebración de las maniobras anuales "Ulchi Freedom Guardian" que comienzan la semana próxima en el sur de la península coreana.
Estos ejercicios militares conjuntos entre Corea del Sur y Estados Unidos son denunciados regularmente por Corea del Norte, que los considera como un ensayo para invadir su territorio pese a que Seúl y Washington insisten en su naturaleza defensiva.