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Explosión en Tianjin desata especulaciones de nepotismo y corrupción

El accidente podría estar relacionado con el crecimiento económico chino, ya que a las autoridades les resulta difícil mantener los controles en medio de la rápida evolución de la industria química.

18 de Agosto de 2015 | 11:10 | DPA
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Los chinos desconfían del sistema comunista y sus prácticas, caldo de cultivo para negocios turbios.

AP
TIANJIN.- ¿Quién es el responsable? Es la pregunta que se escucha por todas partes en la ciudad china de Tianjin desde la explosión de la semana pasada que dejó más de 100 muertos.

Ante la falta de respuestas empieza a circular una sospecha: ¿Estuvo la falta de seguridad unida al nepotismo y a personas políticamente bien relacionadas de la empresa de logística Ruihai, propietaria del almacén donde estallaron los productos químicos?

El accidente podría estar también relacionado con el crecimiento económico chino, ya que a las autoridades les resulta difícil mantener los controles en medio de la rápida evolución de la industria química.

Pero los chinos desconfían del sistema comunista y sus prácticas, caldo de cultivo para negocios turbios. O lo que se conoce como "Zou houmen", tomar la puerta de atrás.

La corrupción siempre es un factor. Por eso se investigó al máximo responsable de Seguridad Laboral, Yan Dongliang. Este fue hasta hace tras años vicealcalde de Tianjin y logró ascender gracias al boom de la industria petrolera y química, que construyó en la ciudad portuaria un importante centro logístico y de almacenamiento.

Los motivos de la destitución de Yan no están claros pero el presidente chino, Xi Jinping, es conocido por actuar con contundencia cuando aumenta la presión. Lo que está claro es que se violó la normativa de seguridad, pues el depósito contenía 700 toneladas de la sustancia tóxica cianuro de sodio, diez veces más de lo permitido.

La empresa de logística Ruihai ya había transportado previamente productos peligrosos sin licencia y acababan de concederle de nuevo el permiso en junio, apuntan los investigadores. 

También es evidente que no estaba suficientemente documentado el tipo de productos químicos que se encontraban almacenados. 

Así, decenas de bomberos que no sabían lo que contenía el depósito intentaron apagar el fuego con agua, que provoca reacciones explosivas al contacto con muchos químicos.

Además el depósito se encontraba "demasiado cerca" de zonas urbanizadas que resultaron gravemente dañadas, apuntó la televisión estatal. 

"Nos da miedo que la estructura de nuestra casa haya resultado dañada", contó Lin, que sólo pudo entrar brevemente en su vivienda para recoger dinero, documentación y objetos importantes. 

"También nos preocupa si el aire o el agua serán seguros", agrega a través de la mascarilla que lleva puesta.

Lo que la televisión estatal no muestra es a los vecinos enojados que piden que les vuelvan a comprar sus viviendas.

Acusan a las autoridades de haber ocultado durante años que ante sus casas había una "bomba de relojería" en forma de depósitos de sustancias peligrosas. Y tras el accidente pasaron días hasta que los informaron de qué tipo de químicos se encontraban almacenados. 

"Los poderosos llevan cascos de protección" mientras que la gente de la calle "se sacrifica por nada, un clásico problema con el sistema", lamentaba un usuario de las redes sociales.

Ante falta de información oficial, cunden los rumores. Uno de ellos, publicado por la revista económica "Caijing", apunta que el hijo del influyente ex jefe de policía del puerto de Tianjin Dong Peijun, fallecido en 2014, podría estar detrás de la empresa Ruihai. El joven Dong Mengmeng, de 32 años, habría adoptado el seudónimo de Dong Ruihai para los negocios.

Los propietarios registrados del negocio son unos tales Li Liang y Shu Zheng, con el 55 y el 45 por ciento de las acciones, respectivamente. Pero según "Tecent News", Shu Zheng no tendría nada que ver con la empresa, sino que tendría las acciones a su nombre "para un amigo" del que no reveló el nombre. 

También forman parte de la empresa antiguos trabajadores de la poderosa empresa estatal Sinochem, que se distanció inmediatamente de lo ocurrido. Pero según la prensa, sólo Ruihai y Sinochem tenían permiso para transportar cianuro de sodio, por lo visto un negocio muy lucrativo.

Aunque el primer ministro, Li Keqiang, prometió una "investigación exhaustiva" y "fuertes castigos", sigue reinando el misterio sobre los propietarios de la empresa, algo que sólo sirve para avivar las especulaciones sobre dudosas maquinaciones. 

El asunto es todavía más delicado teniendo en cuenta que el escándalo tiene lugar en la ciudad natal del ex presidente Wen Jiabao.
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