ATENAS.- Durante el fin de semana, colectividades de oposición en Grecia se dedicaron a la complicada labor de intentar formar un nuevo Gobierno, luego de
la renuncia presentada por el Primer Ministro Alexis Tsipras el jueves pasado y en un ejercicio juzgado como prácticamente inútil por observadores, analistas y dirigentes políticos.
Los dos principales partidos de la oposición, la centroderechista Nueva Democracia y la izquierdista Unidad Popular -escindida de Syriza- se alistaron para ejercer su derecho constitucional de pasar tres días negociando una posible nueva coalición.
No obstante, es casi seguro que sus esfuerzos fracasarán, según expertos. Para conseguir formar Gobierno se necesitan como mínimo 120 diputados, los que Nueva Democracia únicamente podría conseguir con el apoyo de Syriza.
Fofi Gennimata, líder del otrora poderoso y hoy pequeño partido socialista PASOK, recordó a los líderes opositores que el futuro de esa nación en la zona euro no está asegurado, aún cuando los fondos del rescate de 86.000 millones de euros (98.000 millones de dólares) comenzaron a llegar el jueves.
"Cualquier demora puede tener consecuencias destructivas para el país. La salida de la zona euro sigue en nuestro patio de atrás", señaló la dirigenta izquierdista tras reunirse con el timonel deNueva Democracia, Evangelos Meimarakis.
Asimismo, los contactos entre Meimarakis y el jefe de Unidad Popular, el ex titular de Energía Panagiotis Lafazanis, fracasaron completamente debido al absoluto desacuerdo entre ambas formaciones en torno al rescate europeo.
"Nuestras diferencias con Nueva Democracia son insalvables, caóticas", declaró el segundo.
Según la Constitución helena, el Presidente, Prokopis Pavlópulos, encarga a los dirigentes de las principales formaciones del Parlamento la realización de gestiones para formar un nuevo Gobierno.
Tsipras renunció el jueves con la mente puesta en una elección anticipada prevista para el 20 de septiembre, a la espera de retornar al poder fortalecido por un mandato que lo habilite para implementar el nuevo programa de rescate que negoció para salvar a Atenas del colapso financiero.
El dimitido jefe de Gobierno sigue figurando como favorito para encabezar una nueva administración, en un escenario que incluye una crucial revisión del programa de rescate prevista para octubre.
Al mismo tiempo, autoridades europeas insistieron en plantear la necesidad que la convocatoria de elecciones en Grecia no afecte las reformas en marcha.
Así lo indicó el ministro de Economía de España, Luis de Guindos. "Las medidas ya están acordadas y deben aplicarse con determinación, en los plazos y de la forma pactada", enfatizó.
Al mismo tiempo, el Presidente de Gobierno español, Mariano Rajoy, no perdió la oportunidad de lanzar un dardo contra Tsipras por su decisión de dimitir.
"Lo que tiene que hacer un gobernante es estar también en los momentos difíciles", planteó. "La demagogia sobra en todas las facetas de la vida".
Varoufakis: Syriza sigue "doctrina irracional"
En tanto, el carismático ex ministro de Finanzas heleno Yanis Varoufakis afirmó que con el programa de rescate, la "primavera" griega terminó aplastada "no por los tanques, sino por los bancos".
"¿Para qué enviar tropas si se puede enviar a la troika cada mes?", ironizó.
El dirigente dedicó el fin de semana a contactos para lanzar "una red europea de progresistas", con actividades que incluyeron actos junto a organizaciones de izquierda en Francia.
El ex integrante del gobierno de Tsipras insistió en que en los próximos comicios en su país no será en ningún caso candidato "en nombre de Syriza".
Según dijo, la colectividad "está adoptando la doctrina irracional a la que me opongo desde hace cinco años: extender aún más la crisis y pretender que está resuelta, manteniendo al mismo tiempo una deuda que es imposible de pagar".
La situación política y económica en Grecia también sufrió en los últimos días el dramático impacto de
la "marea" de migrantes que atravesó la llamada "ruta balcánica" hacia Europa occidental, que incluye a Grecia y Macedonia.