Bañistas observan a un grupo de inmigrantes paquistaníes mientras reman a bordo de un bote antes de desembarcar en la costa de la Isla de Kos, Grecia.
EFE
GINEBRA.- La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) elevó hoy hasta 322.914 el número de inmigrantes y refugiados que han conseguido en lo que va de año llegar a Europa tras cruzar el Mediterráneo por diferentes rutas.
El portavoz de la OIM, Joel Millman, precisó que hasta ayer habían desembarcado en las islas griegas 209.457 inmigrantes; en Italia, 111.197; en España, 2.166; y en Malta, 94.
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que como la OIM tiene sede en Ginebra, había indicado minutos antes que unos 310.000 inmigrantes y refugiados habían logrado llegar a las costas europeas, en travesías en las que han muerto unas 2.500 personas.
La estimación de la OIM supera así en casi 13.000 la cifras que maneja la ACNUR y es considerada como "mínima" por la primera organización, que se basa en cifras aportadas por los gobiernos y sus propias oficinas en los países afectados.
Durante todo 2014, un total de 219.000 personas cruzaron el Mediterráneo, lo que demuestra la fuerte aceleración de este fenómeno.
El número de fallecidos en lo que va de año en las distintas rutas para cruzar el Mediterráneo ha superado los 2.500.
La última tragedia en el Mediterráneo ocurrió en una zona próxima a las costas de Libia y la ACNUR calcula que causó la muerte de "al menos doscientas personas", según precisó la portavoz del organismo, Melissa Fleming.
Esta tragedia fue precedida por otra, ocurrida horas antes, cuando medio centenar de personas fueron encontradas muertas, al parecer por asfixia y por inhalar los gases que emitía el motor de la embarcación, en la bodega de un barco.
Supervivientes entrevistados por personal de la ACNUR confirmaron que los que pagaron a los traficantes menos dinero por la travesía eran obligados a viajar en la bodega "y los traficantes les exigían dinero sólo para subir un momento y poder respirar", relató Fleming.
Un hombre iraquí en la treintena indicó que pagó 3.000 euros para que él, su esposa y su hijo pequeño pudieran viajar en la parte superior del barco, que estaba totalmente atestada de gente.
"Uno de los pasajeros nos contó que muchos no querían bajar (a la bodega), pero los traficantes los golpearon con palos para obligarlos", agregó la portavoz.
Estos trágicos accidentes demuestran que la ruta del Mediterráneo entre Libia e Italia continúa activa a pesar de ser la más peligrosa y donde los traficantes no tienen escrúpulo alguno en llenar hasta el último espacio de frágiles embarcaciones con pasajeros.