NUEVA DELHI.- La primera huelga general contra el Gobierno de Narendra Modi no logró este miércoles paralizar la India, aunque se dejó sentir en la industria, el transporte o la banca, con un éxito rotundo, según los convocantes, y un impacto mínimo, de acuerdo con el Ejecutivo del país con la segunda mayor fuerza laboral del mundo.
Los sindicatos estiman que entre 150 y 300 millones de trabajadores, en un país con una fuerza de trabajo formal cercana a los 481 millones de personas, secundaron la convocatoria realizada por una decena de sindicatos, pese a lo cual los servicios básicos no dejaron de funcionar y en las grandes ciudades indias fue difícil sentir el impacto de la protesta.
Los huelguistas reclamaban un aumento del salario mínimo y de las pensiones, así como la inclusión en la seguridad social de sectores como la construcción y servicios sociales, una mayor transparencia y rapidez en procesos de selección de personal y la cobertura de empleo público vacante.
"No se ha sentido mucho en la mayoría de partes del país", aseguró el Ministerio de Trabajo y Empleo indio en un comunicado, en el que afirmó que la jornada fue "normal y pacífica" a lo largo de la India.
Sin embargo, otras personas, como el secretario general de la Asociación de Empleados de Banca de la India, C.H. Venkatachalam, aseguraron que el efecto fue muy distinto.
"Solo en el sector bancario han parado un millón y medio de empleados, en bancos públicos y privados, nacionales y extranjeros, en los que todos los servicios de un día normal se han visto afectados", dijo Venkatachalam.
Agregó además que la convocatoria fue "muy exitosa y hasta en el Banco Reserva de la India (banco central, emisor) ha tenido seguimiento, igual que en las aseguradoras y otros sectores relacionados".
El paro afectó al transporte urbano en ciudades como Chennai (sur del país), se hizo sentir en el ferroviario en estados como Bengala (oeste) y en el marítimo en importantes puertos como el de Bombay (este), según medios locales.
La industria fue otro de los sectores donde el paro tuvo más repercusión, en áreas del cinturón industrial de Nueva Delhi que quedaron "completamente cerradas", según declaró una de los líderes del Partido Comunista de la India-Marxista Leninista (CPIML), Kavita Krishnan.
En el centro de la capital india la imagen era de normalidad. Los centros sanitarios y educativos funcionaron sin incidencias relevantes y el paro apenas repercutió en el suministro energético.
Pequeños altercados en la capital con los conductores de mototaxis o el apedreamiento de autobuses en la sureña Bangalore fueron algunos de los escasos incidentes durante el día en la India, que solo desembocaron en choques violentos en el estado oriental de Bengala entre sindicalistas y miembros de un partido regional.
El Gobierno aseguró que la huelga fue solo respaldada por 7 de los 10 sindicatos convocantes, después de que durante los últimos meses ambas partes negociaran en base a una tabla de doce demandas sindicales, de las que el Ejecutivo mantiene que ha asumido más de la mitad.
La Unión de Trabajadores Indios (BMS) y el Frente Nacional de Sindicatos Indios (NFITU), dos importantes organizaciones sindicales, no respaldaron el paro, al entender que tenía una intención política.
"Ahora solo queda ver qué hace el Gobierno, si cambia su actitud para seguir negociando", indicó un portavoz del Congreso de Sindicatos de la India (AITUC, en inglés), Gurudas Dasgupta.
Afirmó que "millones de trabajadores han parado, la huelga ha sido un éxito magnífico".
La Asociación de Cámaras de Comercio e Industria de la India (ASSOCHAM) advirtió de que "el impacto financiero podría conducir a unas pérdidas de más de 250 millones de rupias (unos 3,7 millones de dólares)".
La Confederación de Industria India (CII, en inglés) alertó del perjuicio para la imagen de un país que intenta atraer inversores extranjeros, cuyo Gobierno "ha actuado bien en parámetros económicos" desde su llegada al poder en mayo del año pasado.