El presidente Xi Jinping en la ceremonia realizada este jueves.
Reuters
BEIJING.- El presidente chino, Xi Jinping, afirmó este jueves en su discurso con motivo del 70 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial que la potencia asiática nunca tendrá políticas expansionistas ni "infligirá sus sufrimientos pasados a otras naciones".
En su alocución, pronunciada en lo alto de la Puerta de Tiananmen, minutos antes de que comenzara el desfile militar conmemorativo de la victoria ante Japón, Xi afirmó que el país "seguirá comprometido con el desarrollo pacífico".
"Nosotros, los chinos, amamos la paz. No importa lo fuertes que nos convirtamos, nunca buscaremos hegemonía o expansión", dijo el jefe de Estado del gigante asiático.
Xi recordó que en la II Guerra Mundial China sufrió unos 35 millones de víctimas -entre muertos y heridos- en "una decisiva batalla entre el bien y el mal, entre la luz y la oscuridad".
"Aquella guerra comenzó antes (que el resto de la II Guerra Mundial) y fue la que más duró (14 años, desde 1931 hasta 1945). En defensa de la agresión japonesa, China luchó sin descanso y ganó firmemente logró una victoria total", aseguró.
La victoria de China, afirmó el mandatario, "fue la primera en el mundo contra el fascismo" y "puso fin a la humillación china en los tiempos modernos, en que sufrió diversas derrotas a manos de agresores extranjeros".
El 3 de septiembre de 1945, día que siguió al de la firma de la rendición japonesa, a bordo del acorazado estadounidense USS Missouri, "el mundo fue bendecido nuevamente con la luz del sol" y comenzó "un nuevo viaje para Asia", dijo Xi, flanqueado por líderes mundiales como los presidentes de Rusia, Venezuela o Corea del Sur.
"¡La verdad de la historia, la justicia y el pueblo prevalecerán!", arengó al final de su discurso Xi, vestido para la ocasión con el tradicional "traje Mao".
En su intervención solemne, Xi también recordó a los países que ayudaron a China en la lucha contra Japón, aunque llamó la atención el hecho de que no dio nombres concretos, y anunció una reducción de 300.000 efectivos en el ejército chino (más del 10 por ciento del total).
