BRASILIA.- El gobierno de Dilma Rousseff ratificó este jueves la permanencia de Joaquim Levy en el cargo de ministro de Hacienda, después de una jornada agitada por rumores de su posible salida y en medio de incertidumbres sobre el rumbo de la economía de Brasil.
"Es evidente que Levy se queda. Tiene un compromiso con este país, con este proyecto", aseguró el jefe de gabinete de Rousseff, Aloizio Mercadante, tras una reunión de última hora entre la mandataria, Levy y otros ministros.
Mercadante aseguró que la salida de Levy no fue discutida en la reunión, que fue para tratar asuntos fiscales.
La prensa local informó durante toda el día sobre la débil posición de Levy en el Ejecutivo, señalando que podría dejar el cargo que asumió en enero por falta de apoyo.
Las alertas se habían disparado al comienzo de la tarde cuando se supo que el ministro cancelaba su viaje a Turquía para asistir a una reunión del G20 y, en su lugar, se reunía con la presidenta en Brasilia.
Brasil, la séptima economía del mundo, entró en una recesión en el segundo trimestre que según analistas durará al menos dos años.
La administración de Dilma Rousseff presentó esta semana al Congreso un presupuesto que prevé un déficit primario (antes del pago de intereses de la deuda) de 0,5% del PIB, algo inédito en la historia del país, en vez del superávit fiscal de 0,7% del PIB que había estimado.
El gobierno estudia cómo obtener el apoyo del Congreso para realizar reformas legislativas que le permitan reducir gastos públicos obligatorios y reducir ese déficit.
El decepcionante desempeño económico ha llevado a las agencias de calificación de riesgo a bajar las notas de la deuda soberana de Brasil, que ahora se encuentra a solo un paso de perder su grado de inversión y caer a la categoría especulativa.