BANGKOK.- La líder opositora de Myanmar, Aung San Suu Kyi, pidió hoy elecciones libres y justas en el inicio de la campaña electoral de los comicios del 8 de noviembre, los primeros en décadas organizados por un gobierno civil en el país.
Suu Kyi calificó la votación de "momento crucial" para el país y su transición hacia la democracia, en un mensaje de video publicado en la página de Facebook de su partido, la Liga Nacional para la Democracia (NLD, según sus siglas en inglés).
"Por primera vez en décadas, nuestra gente tendrá una oportunidad real de traer un cambio, es una oportunidad que no nos podemos permitir perderla", dijo Suu Kyi.
"Esperamos que el mundo comprenda cuán importante es para nosotros tener unas elecciones libres y justas y garantizar que el resultado será respetado por todas las partes", añadió.
La premio Nobel de la Paz pidió ayuda a la comunidad internacional, a la que instó a observar el proceso electoral antes, durante y "de forma crucial" después de las elecciones, para asegurar que la voluntad de los birmanos es respetada.
Pero también destacó que será aun más importante lograr una "transición calmada y tranquila".
"En esta transición esperamos poder llevar a nuestro país a un punto de no retorno de un desarrollo genuino y una dirección democrática", aseguró Suu Kyi.
Las elecciones de noviembre serán las primeras que Myanmar celebra con un gobierno civil en medio siglo, después de que en 2011 la última junta militar se disolviera y traspasara el poder al gobierno formado por ex generales tras los comicios de 2010.
Esas elecciones fueron boicoteadas por la NLD al no poder presentar como candidata a Suu Kyi, quien entonces se encontraba en arresto domiciliario, del que fue liberada una semana después.
La líder opositora logró un escaño en el Parlamento en unas elecciones parciales celebradas un año después en las que la NLD barrió al gobernante Partido para la Unión, la Solidaridad y el Desarrollo (USDP), al adjudicarse 43 de los 46 escaños en juego.
En cambio, Suu Kyi no puede presentarse a la presidencia del país debido a una disposición de la Constitución, aprobada por los militares, que veta al cargo personas con familiares extranjeros, caso de la opositora, cuyos hijos tienen pasaporte británico.