RIAD.- El Gobierno de Yemen en el exilio anunció que no asistirá a las conversaciones de paz auspiciadas por las Naciones Unidas a menos que los rebeldes chiitas reconozcan primero una resolución de la ONU que exige su retirada de los territorios que han conquistado.
En un breve comunicado difundido en la madrugada del domingo, la presidencia en el exilio decidió "no participar en ninguna reunión hasta que la milicia golpista (de los chiitas hutíes) reconozca la resolución 2216 y acepte aplicarla sin condiciones".
Así, el Presidente de Yemen en el exilio, Abd Rabo Mansur Hadi, parece retractarse después de que el jueves confirmara su participación en las negociaciones de paz con los rebeldes.
El enviado especial de la ONU para Yemen, Ismail Uld Sheij Ahmed, indicó el jueves que tanto el gobierno en el exilio como los rebeldes chiitas hutíes habían aceptado participar en nuevas "negociaciones de paz".
Las negociaciones tienen como objetivo "llegar a un alto el fuego y a una transición política pacífica" y "crear un marco para un acuerdo sobre un mecanismo que permita aplicar la resolución 2216", había indicado el mediador.
Esta resolución de la ONU prevé la retirada de los rebeldes hutíes y de sus aliados, los militares que permanecen fieles al ex Presidente Ali Abdalá Saleh. Los hutíes chiitas tienen el apoyo de Irán, la potencia regional chiita.
Para apoyar a Hadi, Arabia Saudita, sunita, encabezó desde marzo una campaña militar árabe para impedir que los hutíes tomen el control total de Yemen.
Los anteriores esfuerzos diplomáticos para tratar de poner fin a los más de cinco meses de guerra en Yemen no dieron resultado y la coalición liderada por Arabia Saudita para respaldar a Hadi ha realizado bombardeos aéreos casi diarios contra los rebeldes.
Naciones Unidas estima que más de 4.500 personas, gran parte de ellas civiles, han perdido la vida en este conflicto.