LONDRES.- Un nuevo inicio, que ha sido calificado por algunos observadores incluso como un "terremoto político" al interior del laborismo, se abrió este sábado con la
elección del Jeremy Corbyn como nuevo líder de esa histórica formación política británica.
Pese a su holgado triunfo en la interna, con un 59,5% de los votos, sectores al interior del principal partido de oposición inglés no ocultan sus inquietudes debido al viraje radical a la izquierda que encabeza el nuevo timonel.
Corbyn, de 66 años, despliega un discurso caracterizado por el apoyo a la renacionalización de los servicios públicos y la revalorización del estado de bienestar.
En el plano externo, en tanto, ha mostrado mayor apertura a un diálogo con Argentina por las Malvinas.
Por otra parte, el veterano dirigente de la izquierda británica tiene un fuerte vínculo con Chile. Estuvo casado con Claudia Brachitta, quien vivió en el exilio y con quien tiene tres hijos.
Además, participó activamente en la campaña de 1999 destinada a concretar la extradición a España del ex general Augusto Pinochet, durante su detención en Londres.
Problemas internos
Corbyn también ha respaldado iniciativas como un plan para que el Banco de Inglaterra emita dinero destinado a financiar viviendas sociales. Al mismo tiempo muestra dura oposición a las armas nucleares y apoya la idea de abolir el programa nuclear británico de submarinos Trident.
Estas características lo transforman en el dirigente más rebelde que ha tenido esta agrupación en las últimas décadas, apuntan los análisis realizados después de la elección.
Para el actual Primer Ministro británico, David Cameron, el triunfo de Corbyn constituye un peligro para su país.
"El Partido Laborista es ahora una amenaza a la seguridad nacional, a nuestra seguridad económica y a la seguridad de sus familias", escribió el líder conservador en su cuenta de Twitter.
El giro radical a la izquierda que implica el ascenso del parlamentario a la cúpula del laborismo preocupa a quienes dentro de esa colectividad mantienen posturas más moderadas, que han sido la tónica en los últimos años de la agrupación política y que muestran como principal rostro al ex Primer Ministro Tony Blair.
Margaret Beckett:
"un partido dividido es un partido que no gana"
Por lo tanto, no es de extrañar que tras la victoria del veterano dirigente de izquierda muchos den por muerto el "blairismo", que fue predominante durante el último tiempo.
Margaret Beckett, ex ministra de Blair, advirtió que "un partido dividido es un partido que no gana", dejando en claro que no comparte la visión del nuevo líder laborista. Al mismo tiempo, aseguró que "hablar, protestar o manifestarse no hace avanzar las cosas mucho".
Hubo quienes fueron todavía más tajantes al referirse a la entronización de Corbyn. Uno de ellos fue el editorialista del periódico británico "The Guardian", Rafael Behr, quien acuñó la calificación del resultado como "terremoto político".
"Se ha abierto una brecha cultural y estructural entre un laborismo del establishment, el del Parlamento (...), y un laborismo indignado, nacido del maridaje complejo e híbrido" entre "viejos guerreros de la izquierda" y "nuevos militantes idealistas", señaló en su columna.
Apertura al diálogo con Argentina
Desde el exterior han llamado la atención los vínculos y las tomas de posición relacionados con América Latina. Las posturas más abiertas del nuevo líder laborista en torno a Las Malvinas despertaron simpatía en la Presidenta trasandina, Cristina Fernández, quien aplaudió su victoria.
"Ha triunfado su esperanza", afirmó la Mandataria.
Estas expectativas se fundan en la disposición mostrada por Corbyn a dialogar para conseguir "cierto grado de administración conjunta entre Argentina y el Reino Unido" sobre el disputado archipiélago.