El Pontífice llegará a Estados Unidos el próximo 22 de septiembre.
EFE
WASHINGTON.- Con pancartas y la bendición de varios líderes religiosos, cien mujeres iniciaron una marcha de cien millas (160.93 kilómetros) frente a una prisión del estado de Pensilvania para pedir al Papa Francisco, quien visitará la próxima semana Estados Unidos, que defienda una reforma migratoria para los indocumentados.
Antes de comenzar su protesta, las asistentes (originarias de El Salvador, Honduras y México) oyeron los testimonios de algunos indocumentados frente a la cárcel del condado de York, donde los organizadores aseguran que permanecen encerrados varios inmigrantes a la espera de ser deportados.
Después, las mujeres se agarraron de las manos, se pusieron en círculo e hicieron que sus pies tocaran los de la compañera que tenían al lado para recibir la bendición de diferentes líderes religiosos como la reverenda Windy Bon Courcer, que también formó parte de la manifestación.
Con el objetivo de impulsar la marcha, las mujeres cantaron durante el camino melodías religiosas a la Virgen de Guadalupe, cuya imagen sosteniendo a Jesús exhiben en varios de sus carteles.
El destino final es Washington, donde llegarán el 22 de septiembre para celebrar una vigilia frente a la Casa Blanca, que coincidirá con la visita del Papa.
Los activistas defensores de los inmigrantes esperan que el Papa reabra el debate sobre inmigración y refugiados con sus palabras ante el Congreso, la Asamblea General de la ONU y las miles de familias en el Independence Mall de Filadelfia, donde se discutió y firmó la
Declaración de Independencia y la Constitución del país.
La visita del primer Pontífice latinoamericano a EE.UU. ha generado gran expectación en la comunidad inmigrante, que esperan que el Papa se ponga de su lado con un mensaje de reconciliación en un momento en el que el debate migratorio está de protagonista en la sociedad.
