El Papa Francisco junto a Fidel Castro.
EFE
LA HABANA.- Alex Castro, hijo de Fidel Castro y autor de las únicas fotos que documentan el encuentro del domingo entre el líder cubano y el Papa Francisco, afirmó este lunes que transcurrió de manera "muy familiar y distendida", como si ambos "se conocieran de toda la vida".
"Fue un ambiente muy familiar y distendido. Parecía que se conocieran de toda la vida", destacó el hijo del ex presidente cubano, que es casi la única persona que en los últimos años toma imágenes de Fidel Castro, de 89 años.
Sobre la conversación que mantuvieron durante el encuentro que duró unos 40 minutos, Alex Castro indicó que no prestó atención a lo que hablaban porqué él se dedica a "capturar el momento, no a escuchar".
"Si uno escucha conversaciones ajenas puede enterarse de cosas que preferiría no saber", dijo en tono de broma, en conversación con la agencia EFE.
Aunque no quiso dar detalles de la charla entre Francisco y Fidel, que se vieron en persona el domingo 20 de septiembre por primera vez, Alex Castro destacó que en su actitud se ve que el papa es "muy humilde y cercano", le gusta "bromear" y saltarse el protocolo.
"Eso es lo que lo hace aún más líder. Y creo que tiene que ver con el hecho de que sea latino", indicó, quien dijo que en diciembre presentará un libro con una colección de fotografías inéditas de su padre tomadas en los últimos cinco años.
La web oficial Cubadebate.cu publicó hoy una serie de diez fotografías del encuentro, todas ellas de Alex Castro, aunque el domingo mismo, pocas horas después de la reunión, ya se difundió una de esas imágenes, en la que se ve un apretón de manos entre Francisco y Fidel.
La "visita de cortesía" que el Papa brindó al líder revolucionario duró unos 40 minutos y en ella estuvo presente "toda la familia, hijos y nietos", según Alex Castro.
El líder cubano y el papa intercambiaron varios libros; Fidel le regaló el libro "Fidel y la Religión", del fraile dominico y escritor brasileño Frei Betto; y el pontífice regaló a Castro dos libros del teólogo Alessandro Pronzato y una colección de sermones del jesuita español Amando Llorente.