BARCELONA.- Cataluña votaba este domingo en unas elecciones regionales "históricas", en las que sus ciudadanos podrían entregar el gobierno a una coalición independentista para iniciar un proceso de secesión de esta rica región nororiental de España.
A las 09:00 horas (04:00 horas de Chile), los colegios electorales abrieron sus puertas bajo un cielo encapotado, inusual en Barcelona, donde en algunos balcones ondean banderas independentistas.
"Cataluña decide su futuro con España", decía el diario "El Mundo", mientras el regional "El Periódico" aseguraba que la región está en una "encrucijada".
Unos 5,5 millones de catalanes están citados con las urnas, en principio, para renovar el parlamento y el gobierno de esta región que se extiende desde el litoral mediterráneo hasta las altas cumbres de los Pirineos, pasando por las planicies rurales del interior.
Pero la decisión es más trascendental, "histórica" coinciden todos: apostar o no por un nuevo gobierno regional que se lance a constituir en 2017 una república independiente en esta región de 7,5 millones de habitantes.
Ello podría abrir un periodo de fuertes turbulencias en España, que en tres meses celebra unas elecciones legislativas donde el gobierno conservador de Mariano Rajoy podría perder el poder, e incluso en Europa, solo un año después del referéndum de Escocia.
"Estas urnas son las urnas que llevan a la libertad", dijo el presidente regional, Artur Mas, que concurre en la coalición Junts pel Sí (Juntos por el Sí), con independentistas de izquierda y derecha.
Cataluña, clave para España
La siempre compleja relación con el gobierno central se agravó en 2010, cuando una sentencia del Tribunal Constitucional negó mayor autonomía para Cataluña y su reconocimiento como "nación". La crisis económica se encargó del resto.
Históricamente minoritario, el independentismo consiguió 1,9 millones de votos en la consulta simbólica y sin valor legal impulsada en noviembre de 2014 por el gobierno regional.
"Nunca se creyó en España que esa minoría pudiera ir tan lejos", explica el sociólogo Narciso Michavila.
En una intensa campaña, con los líderes nacionales constantemente en Cataluña, Rajoy y sus ministros lanzaron mil advertencias contra la secesión: salida de la Unión Europea, fuga de empresas, corralito, caída de exportaciones, entre otras.
En juego está la región más rica de la cuarta economía de la Eurozona, que justo acaba de recuperar sus niveles de crecimiento previos a la crisis.
Cataluña supone un 25% de sus exportaciones, un 19% de su PIB, un 16% de su población y su principal puerta a Europa.
Rajoy asegura que bloqueará legalmente cada paso hacia la separación -su partido aprobó recientemente una reforma del Tribunal Constitucional que permitiría inhabilitar a Mas-. Mientras, los independentistas amenazan con una declaración unilateral de la secesión.
Para el historiador Carlos Gil Andrés, "este es un momento especial" aunque si no hay una "mayoría aplastante", se "va a reproducir la situación actual".
El desbloqueo difícilmente llegará antes de las elecciones legislativas de diciembre, que podrían terminar con la mayoría conservadora actual.