MIAMI.- Las autoridades de Georgia (EE.UU.) ejecutaron hoy a una mujer acusada de matar a su esposo hace 18 años, tras rechazar una petición de clemencia y a pesar de la solicitud del Papa Francisco de que se le conmutara la pena capital.
Kelly Gissendaner, de 47 años, murió tras recibir una inyección letal en la prisión de Jackson, en el sureste de Atlanta, con lo que se convirtió en la primera mujer en ser ejecutada en Georgia desde 1945.
Varios recursos de última hora presentados por la defensa ante la Corte Suprema de Georgia y la Corte Suprema de Estados Unidos para detener la ejecución fueron rechazados, al igual que la petición de clemencia ante la Junta de Libertad Condicional y Perdón hoy en la que dos de los hijos de la mujer participaron.
La junta de Indultos y Libertad Condicional de Georgia había denegado el martes suspender la ejecución.
"La comisión rechazó el pedido de revaluación de su decisión anterior, que descartó clemencia para Kelly Gissendaner", dijo el portavoz de esta junta unas cuatro horas antes de la hora prevista para la ejecución.
La ejecución tiene un significado particular, cinco días después de un llamado realizado por el Papa Francisco en el Congreso de Washington a abolir la pena de muerte.
El martes, el representante del Vaticano en Estados Unidos, Carlo Maria Vigano, hizo un "llamado urgente" en nombre del Pontífice para conmutar la pena de Gissendaner.
"Sin querer desestimar la gravedad del crimen por el cual Gissendaner fue condenada, estando siempre con las víctimas, de corazón, le imploro sin embargo conmutar esta sentencia en una pena que se traduzca en justicia y piedad a la vez", escribió.
Gissendaner es la decimosexta mujer en ser ejecutada desde que la Corte Suprema restableció la pena capital en 1976.
La mujer fue condenada por haber complotado con su amante para asesinar a su marido en 1997.