CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco lamentó que los inmigrantes y los refugiados no encuentren normas claras, para su acogida e integración en los países a donde llegan.
Esas personas encuentran una "falta de normas claras, que se puedan poner en práctica, que regulen la acogida y prevean vías de integración a corto y largo plazo, con atención a los derechos y a los deberes de todos".
El Vaticano publicó este jueves un mensaje del Papa titulado "Emigrantes y refugiados nos interpelan. La respuesta del Evangelio de la misericordia".
Allí, Francisco recuerda el aumento en todas las áreas del planeta del número de personas que deben dejar sus países por ser "víctimas de la violencia y de la pobreza" y que "sufren el ultraje de los traficantes de personas humanas en el viaje hacia el sueño de un futuro mejor".
En este análisis sobre el momento actual del drama de la inmigración el Papa indicó que la principal cuestión que se debe afrontar tras "la superación de la fase de emergencia" es dar espacio "a programas que consideren las causas de las migraciones".
Otro aspecto destacado por el Pontífice es el de cómo prepararse a los cambios que estos flujos migratorios inevitablemente provocarán y sobre todo cómo defender "la identidad" de todos.
"¿Cómo hacer de modo que la integración sea una experiencia enriquecedora para ambos, que abra caminos positivos a las comunidades y prevenga el riesgo de la discriminación, del racismo, del nacionalismo extremo o de la xenofobia?", se interroga el pontífice.
"Las historias dramáticas de millones de hombres y mujeres interpelan a la comunidad internacional, ante la aparición de inaceptables crisis humanas en muchas zonas del mundo", señala.
Por ello su mensaje es un llamado a la necesidad de "actuar en profundidad y de manera incisiva" en los países del cual salen los emigrantes y los refugiados
El mensaje de Francisco es también una denuncia a "la indiferencia y el silencio" que asegura "abren el camino a la complicidad cuanto vemos como espectadores a los muertos por asfixia, penurias, violencias y naufragios".
Asimismo, es un toque de atención a las conciencias de los habitantes de los países donde llegan los inmigrantes.
Así, invitó a la reflexión cuando pregunta: "¿No es tal vez el deseo de cada uno de ellos el de mejorar las propias condiciones de vida y el de obtener un honesto y legítimo bienestar para compartir con las personas que aman?".
Una parte importante e "indispensable", subraya el Papa, es "que la opinión pública sea informada de forma correcta, incluso para prevenir miedos injustificados y especulaciones a costa de los migrantes".
Otro aspecto destacado por el Pontífice, es el de cómo prepararse a los cambios que estos flujos migratorios inevitablemente provocarán y sobre todo cómo defender "la identidad" de todos.
"¿Cómo hacer de modo que la integración sea una experiencia enriquecedora para ambos, que abra caminos positivos a las comunidades y prevenga el riesgo de la discriminación, del racismo, del nacionalismo extremo o de la xenofobia?", se preguntó.