La ONG calificó el ataque, en el que murieron 22 personas, como una "grave violación del derecho internacional". El secretario general, Christopher Stokes, mostró su desaprobación por los intentos del gobierno afgano de justificar el suceso.
"Esa toma de posición indica que las fuerzas afganas y estadounidenses decidieron juntas la destrucción de un hospital en pleno funcionamiento", señaló.
El Ministerio de Defensa afgano había justificado los ataques aéreos señalando que los talibanes utilizaban la clínica como escudo, algo que éstos desmintieron.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos también criticó este hecho. "Es absolutamente trágico, inexcusable y posiblemente criminal", declaró el príncipe Said Raada al Hussein.
También Rusia condenó duramente el ataque, que hizo que la organización internacional se retirara de la estratégica ciudad.
"Exigimos una investigación objetiva inmediata del suceso y el castigo de los responsables de la tragedia", dijo la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, Maria Sajarova, en Moscú.
"No es la primera vez que mueren civiles en Afganistán por el uso arbitrario de armas estadounidenses", añadió.
Los ministros de Defensa de los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) debatirán sobre la situación en Kunduz en un encuentro el próximo jueves.