CIUDAD DEL VATICANO.- El Sínodo de la Familia, que comenzó este lunes, recordó que reflexionará sobre los divorciados vueltos a casar y que hay que evitar discriminar a los homosexuales, pero rechazó el matrimonio de personas del mismo sexo.
Los 270 padres sinodales, cardenales, obispos y religiosos con derecho al voto, más unos 90 entre auditores y expertos, se reunirán desde hoy hasta el 24 de octubre para dar respuestas como Iglesia Católica a los nuevos desafíos que propone la familia actual.
El relator general del Sínodo, el húngaro Peter Erdó, fue el encargado de leer el resumen de los temas que se afrontarán en esta asamblea y que han surgido tras las conclusiones de la anterior versión de este encuentro y las nuevas preguntas realizadas a las conferencias episcopales.
En su resumen, el cardenal tocó dos de los temas que como en la anterior asamblea monopolizarán la atención: el de los divorciados vueltos a casar -a quienes la Iglesia considera en una situación de grave pecado negándoles el acceso a los sacramentos- y el de cómo comportarse ante las personas homosexuales.
Este resumen sobre el que se concentrarán los padres sinodales parte de la idea, leyó Erdó, de que existe una petición de "acompañar a los divorciados que se han vuelto a casar a una mayor integración en la vida de la comunidad cristiana".
Se destaca cómo la integración de estas personas en la Iglesia puede realizarse de varias maneras, pero "diferentes de la admisión a la Eucaristía", mientras que la posibilidad del llamado camino penitencia (para obtener el perdón) "tendrá que ser profundizado y precisado".
Matrimonio homosexual
En el capítulo sobre "la atención pastoral hacia las personas con tendencia homosexual" el cardenal recordó que "aunque este problema no es relativo a la familia, se presentan situaciones que comprometen la vida familiar" y por ello se afrontará.
El cardenal húngaro subrayó que "no existe fundamento alguno para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el diseño de Dios sobre el matrimonio".
El Sínodo se limitará, como ya hizo en la anterior asamblea, a afirmar que "los hombres y mujeres con tendencia homosexual tienen que ser acogidos con respeto y delicadeza" y que "hay que evitar cualquier tipo de injusticia discriminación".
Cardenal Peter Erdó:
"no existe fundamento alguno para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el diseño de Dios sobre el matrimonio"
"Cada persona tiene que ser respetada en su dignidad independientemente de su tendencia sexual", puntualizó Erdó.
Otros temas que se discutirán será la atención a los fieles que conviven o se han casado por lo civil, "porque no se sienten preparados para celebrar el sacramento, vistas las dificultades que tal decisión puede provocar".
A ellos la iglesia se presentará como acogedora y se les "presentará claramente la verdad sobre el matrimonio para poder ayudar a los fieles a llegar a una decisión para llegar al matrimonio sacramental".