BEIRUT.- Una treintena de ONG exigieron hoy a las autoridades sirias que revelen el paradero del activista y defensor de los derechos humanos, Basel Jartabil, detenido desde 2012 en territorio sirio.
En la nota, los grupos, entre los que se encuentran Human Rights Watch y Amnistía Internacional, explicaron que se desconoce el paradero de Jartabil desde que fuera trasladado desde la prisión central de Adra, en el norte de Damasco, a un lugar desconocido hace cuatro días.
El 3 de octubre, Jartabil logró informar a su familia de que las fuerzas de seguridad le habían ordenado que recogiera sus pertenencias, sin notificarle cuál iba a ser su destino.
Sus parientes, que en ningún momento han recibido ningún dato de las autoridades, creen que podría estar en un juzgado castrense dentro de una base de la Policía militar en Qabún, en las afueras de la capital siria.
Un portavoz de las ONG destacó que existen temores de que Jartabil se encuentre en "unas instalaciones donde se tortura y que están gestionadas por los cuerpos de seguridad".
Los grupos renovaron su llamamiento para que el activista, que hace frente a un proceso ante una corte militar por sus actividades a favor de la libertad de expresión, sea liberado de inmediato.
Jartabil, de origen palestino y de 34 años, fue apresado el 15 de marzo de 2012 y ha estado en cautiverio desde entonces.
Inicialmente estuvo incomunicado en un centro de la Inteligencia Militar en Kafr Suseh, en las inmediaciones de Damasco, durante ocho meses y más tarde en una cárcel militar en Sednaya, en la región de Al Qalamún, donde fue torturado durante tres semanas, según su familia.
Las autoridades no proporcionaron información a sus parientes sobre el paradero de Jartabil o los motivos de su arresto hasta diciembre de 2012, cuando fue transferido a la penitenciaría de Adra, donde finalmente pudo recibir visitas de sus familiares.
Este ingeniero informático trabajó anteriormente como desarrollador de páginas web y de software.
Antes de su detención, empleó sus conocimientos para ayudar a mejorar la libertad de expresión y el acceso a la información a través de internet.
Además, creó Creative Commons en Siria, una organización sin ánimo de lucro que permite compartir trabajos artísticos y de otro tipo con el uso de instrumentos legales.
La revista Política Exterior lo nombró en 2012 en su lista de los 100 pensadores globales por "insistir, pese a las dificultades, en una revolución pacifica en Siria".
El texto está firmado por organizaciones como Human Rights Watch, Amnistía Internacional, la Federación Internacional para los Derechos Humanos, el centro Skeyes y Reporteros sin Fronteras, entre otras.
