WASHINGTON.- La investigación del Congreso estadounidense –de mayoría republicana– sobre la gestión de Hillary Clinton, entonces secretaria de Estado, del ataque contra el consulado de Bengasi en 2012, pretende perjudicar la campaña de la candidata a las elecciones presidenciales de 2016, afirmo un antiguo investigador del caso.
Clinton, que encabeza la carrera a la nominación presidencial demócrata, era secretaria de Estado en el momento del ataque del 11 de septiembre de 2012 contra el consulado de Estados Unidos en Bengasi (norte de Libia), que le costó la vida al embajador y a otros tres estadounidenses.
Bradley Podliska, un antiguo investigador del caso, indicó en una entrevista en la cadena CNN este domingo que está preparando una demanda federal contra la Comisión de la Cámara baja que investiga el caso, que presentará el mes que viene.
El responsable afirmó que fue apartado del caso porque se opuso a la "investigación parcial" del panel y a la decisión de la comisión de concentrarse en el papel de Clinton en el momento del ataque.
Podliska, un agente de inteligencia de la Reserva de la Fuerza Aérea, se describió a sí mismo como un conservador republicano y explicó que, además, perdió su empleo en junio por haber tomado varias semanas de vacaciones con el fin de cumplir sus obligaciones militares.
La comisión, por su parte, negó firmemente las acusaciones de Podliska, afirmando que el agente había sido felicitado justamente a causa de su "imparcialidad".
Está previsto que la ex secretaria de Estado declare públicamente el próximo 22 de octubre sobre el caso ante la comisión investigadora.
El atentado, en el que murieron el embajador Christopher Stevens y tres funcionarios del consulado, provocó durante meses una polémica entre el gobierno demócrata y el Congreso de mayoría republicana con sus correspondientes audiencias, investigaciones e informes.
La controversia empezó a propósito de la responsabilidad del ataque, que la administración atribuyó en un primer momento a una manifestación "espontánea" de musulmanes encolerizados, antes de reconocer que se trataba de un atentado "terrorista" islamista.
Los republicanos acusan a la administración del presidente Obama, y en particular a Hillary Clinton, de querer ocultar algunos datos del ataque y de no haber hecho lo suficiente para salvar a las víctimas.