WASHINGTON.- El debate que mantuvieron hoy los precandidatos demócratas a la presidencia de Estados Unidos en Las Vegas (Nevada) puso en evidencia el fuerte contraste con el partido republicano en materia de inmigración.
Los candidatos demócratas están a favor de una reforma migratoria integral, que permita legalizar a buena parte de los 11 millones de inmigrantes indocumentados que viven actualmente en Estados Unidos y que les abra en un futuro el camino a la ciudadanía estadounidense.
"Tenemos 11 millones de inmigrantes indocumentados en este país, necesitamos una reforma migratoria integral con un camino a la ciudadanía y sacar a la gente de las sombras", dijo el senador Bernie Sanders en el debate, retransmistido por CNN.
"Somos una nación de inmigrantes. Los inmigrantes nos hacen más fuertes", recordó el ex gobernador de Maryland, Martin O'Malley.
Los candidatos demócratas abogaron no sólo por mantener sino extender los decretos migratorios anunciados por el presidente Barack Obama en noviembre de 2014.
"Cuando sea presidente, iré más allá de los decretos migratorios que firmó el presidente Obama", prometió la ex secretaria de Estado y ex primera dama Hillary Clinton, consciente de la importancia del voto latino en las presidenciales de 2016.
Los decretos de Obama se encuentran bloqueados desde febrero por un juez de Texas. Los tribunales deberán decidir si, como sostienen los republicanos, el presidente se excedió o no en su poder ejecutivo a la hora de conceder papeles temporales a unos cinco millones de indocumentados, de los 11 millones que hay en Estados Unidos.
Los principales candidatos demócratas han salido también en defensa de la comunidad latina, molesta por la retórica anti-inmigrante de algunos candidatos republicanos.
La posición de los candidatos demócratas contrasta con la de republicanos como el multimillonario Donald Trump, al que O'Malley calificó de xenófobo y racista.
"Hay una gran diferencia en todo lo que están oyendo hoy aquí en este escenario y lo que oyen de los republicanos", constató Clinton, quien acusó a los candidatos del partido rival de "demonizar" a los inmigrantes que trabajan duro e "insultarlos"
El magnate aboga por las deportaciones masivas, por el fin del derecho a la ciudadanía por nacimiento para los hijos de indocumentados nacidos en Estados Unidos y por la construcción de un muro a lo largo de toda la frontera con México.
Incluso candidatos como el ex gobernador de Florida Jeb Bush y el senador Marco Rubio, más moderados que sus contrincantes en materia migratoria, se han visto obligados a girar más a la derecha durante la campaña de las primarias para satisfacer a las bases más conservadoras del partido republicano.
Frank Sharry, director ejecutivo de la organización pro reforma migratoria America's Voice, resaltó el "fuerte contraste" entre ambos partidos en materia migratoria.
"Los demócratas se inclinan hacia posiciones pro-inmigrantes, los republicanos se tambalean hacia la derecha y están complaciendo a una base menguante", explicó Sharry.
Este activista advierte a los republicanos que si continúan con sus declaraciones anti-inmigrantes les será muy difícil ganar las elecciones presidenciales o mantener el control del Senado, ya que no sólo el voto latino será clave en 2016, sino que una amplia mayoría de los estadounidenses apoya una reforma migratoria.
El 74 por ciento de los estadounidenses está a favor de la legalización de los inmigrantes indocumentados que viven ya en Estados Unidos, frente al 24 por ciento que cree que habría que deportarlos, según una encuesta del Pew Research Center publicada la semana pasada. El 80 por ciento de los votantes demócratas y el 66 por ciento de los republicanos favorecen la legalización de los indocumentados bajo ciertas circunstancias.