BRUSELAS.- La Unión Europea y Turquía sentaron hoy las bases de un plan de acción conjunto para abordar la crisis de refugiados, informó el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.Al hacer el anuncio en Bruselas, donde los jefes de Estado y de gobierno del bloque celebran una cumbre, Juncker precisó que la UE acordó flexibilizar la normativa vigente para Turquía en materia de visados a cambio de que Ankara coopere en la problemática migratoria.
No obstante, Juncker advirtió que la aplicación de las concesiones de visado a las que se compromete la UE dependerá de la eficiencia que demuestre Turquía a la hora de poner coto al flujo migratorio.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, también advirtió que el acuerdo sólo tendrá sentido si realmente permite reducir la cantidad de refugiados que llegan a Europa.En Turquía residen dos millones de sirios que huyeron de la guerra civil de su país.
Turquía exige que la UE ponga a disposición 3.000 millones de dólares en el marco de la cooperación migratoria, es decir, una suma que triplica la que era barajada hasta ahora por el bloque.
La canciller alemana Angela Merkel, que visitará el próximo domingo Estambul, dejó trascender hoy que la cifra estuvo en la mesa del debate."La suma de los 3.000 millones de euros jugó un papel", confirmó Merkel al referirse a las conversaciones mantenidas en la cumbre de Bruselas.
Pero al referirse a lo acordado, Merkel apuntó que aún no existe un cronograma concreto para llevar adelante el plan acordado con Turquía, que apunta primordialmente a generar mejores condiciones de vida de millones de refugiados en territorio turco.
El reclamo de Ankara de que su país sea reconocido como Estado seguro tampoco fue sometido a extenso debate en Bruselas.Turquía, que negocia desde hace años con la UE su posible membresía en el bloque, busca ser catalogado como país seguro, ya que de ese modo sería reconocido como Estado en el que se respetan los derechos humanos y en el que no se viven persecuciones políticas.
Justamente una de las exigencias del gobierno turco es que, en contrapartida a la cooperación migratoria, se reanuden las estancadas negociaciones políticas para su eventual ingreso en la UE.