PARÍS.- El Gobierno francés anunció hoy un paquete de medidas suplementarias contra el terrorismo en el transporte público que permitirán al personal de seguridad de las compañías registrar a las personas y sus equipajes.
El ministro francés de Interior, Bernard Cazeneuve, dijo a la prensa que en las próximas semanas se presentará una proposición de ley que se tramitará por procedimiento acelerado con disposiciones en torno a dos ejes: la lucha contra los actos terroristas y los atentados graves contra la seguridad pública y el combate al fraude.
Esa normativa establecerá que los agentes de seguridad de la compañía ferroviaria SNCF y de la entidad del transporte metropolitano de París RATP, al igual que los guardias jurados privados, estarán autorizados a revisar equipajes y, "cuando las circunstancias lo requieran", registrar a a las personas.
Aunque llevar a cabo estas prácticas se necesitará el consentimiento de los pasajeros, aquellos que se nieguen a ello tendrán prohibido el acceso al transporte público.
En contrapartida a estas nuevas competencias, la Policía y la Gendarmería verán incrementada su posibilidad de control a los cuerpos de seguridad de las empresas de transporte.
Para reforzar la eficacia de esos agentes, se ampliará la posibilidad de que vayan de civil, sin uniforme, y las prefecturas podrán permitirles llevar armas de fuego en determinadas circunstancias.
Al término de una reunión del Comité Nacional de Seguridad en el Transporte Público, Cazeneuve compareció ante los medios junto al secretario de Estado francés de Transportes, Alain Vidalies, quien por su parte dio a conocer diversas medidas para combatir el fraude en el transporte público, a causa del cual las compañías pierden unos 500 millones de euros de ingresos.
Entre ellas están facilitar la identificación de quienes no pagan su billete y son descubiertos por los agentes de seguridad, gracias a una mejor comunicación de los datos personales por parte de la administración.
Estas medidas para la seguridad en el transporte se anuncian a raíz del ataque abortado contra un tren entre Amsterdam y París el pasado 21 de agosto, cuando un marroquí fuertemente armado fue reducido por varios pasajeros al intentar abrir fuego contra los viajeros, dos de los cuales resultaron heridos.