SEÚL.- Cientos de coreanos ancianos de los divididos Norte y Sur comenzaron el martes los tres días de encuentros con seres queridos con los que muchos no han tenido contacto desde la guerra entre los dos países hace más de 60 años.
Unos 390 surcoreanos, algunos en sillas de ruedas y otros caminando con bastón, viajaron al destino turístico norcoreano de Diamond Mountain llevando con ellos ropa, medicinas, parkas, obras de caligrafía y dinero en efectivo para entregar como presente a unos 140 familiares en el Norte.
Lee Dong-im, de 94 años y que iba a reunirse con su cuñado, dijo antes del viaje que estaba "atragantada por las lágrimas".
En una segunda ronda de encuentros, del sábado al lunes, unos 250 surcoreanos visitarán el complejo turístico en las montañas para encontrarse con unos 190 parientes norcoreanos, dijo el ministerio de unificación del sur.
Los encuentros, los primeros desde febrero del año pasado, son un claro pero amargo recordatorio de que la península coreana sigue técnicamente en guerra porque los combates entre 1050 y 1953 terminaron con un armisticio y no un tratado de paz.
Los dos estados prohíben a los ciudadanos de a pie visitar a sus parientes al otro lado de la frontera e incluso intercambiar cartas, llamadas de teléfono y correos electrónicos sin permiso del gobierno.