BERLÍN.- Alemania puso en marcha hoy, una semana antes de lo previsto, las nuevas reglas de asilo político destinadas a reducir el flujo incesante de personas que llegan a diario al país.
El amplio paquete de medidas aprobado la semana pasada por el Parlamento por la vía rápida permite acelerar la repatriación de los inmigrantes a quienes que se les deniegue asilo.
Asimismo contempla que los solicitantes de asilo puedan permanecer más tiempo -hasta seis meses- en los centros de primera acogida y reciban ayuda en especies y no en metálico.
Las nuevas medidas debían entrar en vigor el 1 de noviembre, pero los trámites para su puesta en marcha fueron más rápidos que lo previsto, explicó el gobierno.
Organizaciones de derechos humanos, así como políticos de la oposición, juristas y expertos en migración, han criticado el endurecimiento de la generosa ley de asilo que Alemania ancló en su Constitución como consecuencia de su responsabilidad en dos guerras mundiales.
De qué se tratan las nuevas medidas
Según las nuevas disposiciones, las autoridades no tendrán que anunciar las deportaciones. Podrán comprar billetes de avión y fletarán aviones chárter desde diversos aeropuertos de todo el país. Los estados federados estarán a cargo de las repatriaciones.
El gobierno central apoyará las operaciones, enviando a la policía federal como refuerzo a las regionales.
La reforma, criticada por numerosas organizaciones sociales, recorta además prestaciones económicas que hasta ahora percibían los peticionarios de asilo.
Otros tres países de la región de los Balcanes, Albania, Kosovo y Montenegro, fueron declarados "seguros", lo que implica que los solicitantes de asilo de esos Estados serán repatriados con mayor celeridad.
Al mismo tiempo, se simplificarán los trámites burocráticos para habilitar hogares de refugiados y se ampliará el número de cursos de integración para los peticionarios con perspectiva de recibir asilo.
El éxodo incesante de refugiados del Cercano Oriente y África hacia el norte de Europa será abordado mañana en una reunión de crisis convocada en Bruselas por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. A la cita acudirán representantes de nueve países de la Unión Europea.
La Comisión tiene lista una propuesta para instalar una misión de control de fronteras en el límite de Grecia con Albania y Macedonia a fin de registrar a los migrantes cuyos datos no fueron tomados anteriormente en Grecia, según consta en un borrador de la declaración final del encuentro al que tuvo acceso dpa.
En Bruselas se buscarán soluciones para el caos que se ha producido estos días en los países balcánicos, donde los refugiados pasan la noche a la intemperie en medio de la lluvia y el frío. La situación ha creado fuertes tensiones entre Eslovenia y Croacia, la nueva ruta que toman los migrantes tras el cierre de la frontera de Hungría.
Críticas a Merkel
La reforma de la legislación alemana de asilo entró hoy en vigor de forma anticipada, pero las críticas a la canciller, Angela Merkel, continúan y sus socios bávaros advierten de que su alianza puede estar en peligro.
Pero el proyecto no pone fin a la llegada de refugiados a través de la ruta de los Balcanes, y la Unión Socialcristiana (CSU), el ala bávara de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, aumentó hoy de nuevo la presión sobre la canciller.
El primer ministro bávaro y líder de la CSU, Horst Seehofer, advirtió de que la alianza entre ambas formaciones puede verse afectada si no se corrige la política de asilo.
Alemania espera recibir este año más de 800.000 peticiones de asilo y, según Seehofer, el Gobierno ha subestimado la crisis durante demasiado tiempo y debe poner un límite a los flujos.
Según el semanario "Der Spiegel", las críticas también aumentan entre las bases de la CDU y el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ha llegado a calificar el ambiente de "dramático".
En su video semanal, la canciller insistió en que quien no tenga derecho a asilo debe abandonar Alemania, pero hizo hincapié en la necesidad de acelerar la integración en el mercado laboral de las personas con buenas perspectivas de quedarse en el país.
A su juicio, hay que evitar los errores cometidos a comienzos de los sesenta, cuando llegaron a Alemania cientos de miles de trabajadores extranjeros y, aunque se presumía que muchos abandonarían el país, una buena parte se quedó.
Merkel reconoció que será esencial aprender alemán y recordó que los cursos de integración programados, de 600 horas, pueden empezar mientras se tramitan las solicitudes de asilo y abogó por acelerar la escolarización de los niños.