PUISSEGUIN.- Un día después del peor accidente de tránsito en más de 30 años en Francia, los expertos comenzaron las duras tareas de identificación e intentan esclarecer las causas de la tragedia, que dejó 43 muertos y en luto a la población de Puisseguin.
Más de 24 horas después del accidente, el balance de víctimas sigue siendo incierto, ya que hay dudas sobre si en el bus fallecieron 41 o 42 personas, cuando el vehículo entró en colisión con un camión, en el que viajaban el chófer y su hijo de 3 años, que murieron instantáneamente.
Si la segunda hipótesis se confirma, el balance de víctimas fatales subiría a 44.
En tanto, las autoridades informaron que cuatro de los ocho heridos que sobrevivieron al accidente están fuera de peligro.
Desde la madrugada los especialistas del Instituto de Investigaciones Criminales de Gendarmería (IRCGN por sus siglas en francés), que fueron movilizados desde París, comenzaron las labores de identificación, acompañados de médicos forenses, que examinaban los restos calcinados de las víctimas, que murieron quemadas vivas.
"Van a trabajar cuerpo por cuerpo, de una forma muy metódica", explicó el coronel comandante de la gendarmería en Gironda (suroeste).
Un funcionario del IRCGN dijo que la identificación formal de las víctimas podría extenderse hasta tres semanas.
Los especialistas ya tienen vasta experiencia en esta dura tarea y algunos de ellos se encargaron de la identificación de las víctimas de la catástrofe del avión de Germanwings, que dejó 150 muertos en los Alpes franceses en marzo.
También se movilizaron expertos en accidentes de tráfico y especialistas en pirotecnia, que están centrados en determinar las causas del accidente y esclarecer porqué los vehículos siniestrados se incendiaron con tanta rapidez.
"El fuego se inició enseguida. Fue como un rayo", contó al diario Le Parisien Jean-Claude Leonardet, un carpintero jubilado de 73 años que es una de las pocas personas que lograron salir del bus.
"Volvimos para sacar a dos personas que estaban atrapadas", dijo Leonardet. "Pero no pudimos volver, ya que el fuego y el humo lo invadieron todo. Había explosiones múltiples por todos lados, de los neumáticos, los vidrios".
Compartir el duelo
Los investigadores tienen en sus manos un tacómetro que registra el itinerario del camión, una herramienta que se parece a las cajas negras de los aviones, pero éste está muy deteriorado, por lo que no saben si podrán utilizarlo.
En Puisseguin y las localidades adyacentes de donde provenían las víctimas, las familias lloraban a sus seres queridos.
En contraste con el trajín de las ambulancias y de los vehículos de los gendarmes el viernes, este sábado llegaban a Puisseguin los coches fúnebres.
En la capilla ardiente, instalada de forma simbólica en el ayuntamiento, sin los cuerpos de las víctimas, había 43 rosas blancas para recordar a las víctimas.
En Petit-Palais-et-Cornemps, la pequeña localidad de 643 habitantes de donde provenían la mayoría de las víctimas, había instalada una unidad de atención psicológica.
"Muchas veces es importante reunir a la gente en grupo, ya que así pueden compartir colectivamente lo que les pasó y eso puede ayudar a hacer el duelo", explicó François Castandet, psiquiatra del hospital de Libourne.