CIUDAD DE GUATEMALA.- El comediante
Jimmy Morales, recién iniciado en la política y de tendencia conservadora, se impuso este domingo en la segunda vuelta de la
elección presidencial realizada en Guatemala.
La popular figura televisiva, que se alzó con casi 70% de los votos, prometió lanzar una "guerra" contra la corrupción en ese país centroamericano, marcado por una sucesión de escándalos.
Morales, de 46 años de edad, alcanzaba durante la noche 68,6% de los votos frente a 31,4% de su contrincante, la ex Primera Dama socialdemócrata Sandra Torres, escrutado 96,3% de las mesas electorales.
"Con este voto que ustedes me hicieron Presidente recibí un mandato, y el mandato es luchar contra la corrupción que nos ha carcomido", declaró el flamante vencedor, al proclamar su victoria
en el balotaje.
El tema que marcó las elecciones en Guatemala fue la corrupción, tras el escándalo de defraudación aduanera destapado en abril por la fiscalía y una comisión de la ONU contra la impunidad.
Jimmy Morales:
"Recibí el mandato, de luchar contra la corrupción que nos ha carcomido"
El entonces Mandatario, Otto Pérez, debió renunciar en setiembre al ser señalado como cabecilla de la red de corrupción, y actualmente se encuentra en prisión preventiva.
Minoría en el Legislativo
En su primera conferencia de prensa como presidente electo, Morales aseguró que acudirá al Ministerio Público (fiscalía) en caso de que ocurran casos de corrupción durante su gobierno.
"Tenemos todos que ponernos a la altura de lo que quiere Guatemala, porque el mandato que hemos recibido es combatir la corrupción", declaró ante una multitud de periodistas en el centro de cómputo del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Torres reconoció su derrota y expresó que "el pueblo hizo su elección y nosotros la respetamos y le deseamos el mejor de los éxitos al señor Morales".
La elección tuvo una participación de 51,8% de los 7,5 millones de guatemaltecos convocados a la votación, por debajo del 70% que participó en la primera ronda, el 6 de setiembre.
Morales asumirá el poder el 14 de enero con el desafío de hacerse cargo de un Estado desfinanciado y con una desfavorable correlación de fuerzas en el Parlamento debido a que su partido FCN-Nación, de derecha, contará con solo 11 de los 158 diputados de la próxima legislatura.