WASHINGTON.- El Senado de Estados Unidos aprobó este martes una ley de ciberseguridad destinada a luchar contra ataques en el ciberespacio mediante la compartición de datos entre empresas privadas y el Gobierno Federal, después de que durante los últimos meses se produjese una oleada de ataques cibernéticos.
La Ley de Compartición de Información de Ciberseguridad (CISA por su sigla en inglés) aumenta la protección gubernamental a aquellas empresas que voluntariamente decidan compartir con el Gobierno federal aquellos datos que consideren que podrían constituir ciberamenazas.
El Senado aprobó la medida con apoyo bipartidista (74 votos a favor y 21 en contra), y ahora el texto deberá conciliarse con otros dos proyectos de ley similares que aprobó la Cámara de Representantes a principios de año para que la ley pueda ser promulgada.
El Senado mantuvo a CISA aparcada durante varios años a causa de los recelos que despertaba entre parte de los internautas, ya que muchas organizaciones y activistas de la privacidad en internet la consideran un ataque a los derechos de los usuarios, pero la última oleada de ciberataques galvanizó su aprobación.
La nueva ley cuenta con el apoyo expreso de la Casa Blanca, aunque el presidente, Barack Obama, pidió algunas modificaciones al texto antes de que le sea trasladado para que lo promulgue.
Durante los últimos meses se han disparado los ataques cibernéticos a intereses públicos y privados de EE.UU., siendo los casos más sonados el dirigido a la productora hollywoodiense Sony Pictures Entertainment el año pasado y el de este año que comprometió la información personal de 21,5 millones de estadounidenses.
La Oficina de Gestión de Personal del Gobierno (OPM), que fue la víctima de este último ataque, informó que los "hackers" robaron datos personales, incluyendo números de la seguridad social y otra información sensible de 21,5 millones de personas.
De estas, 19,7 millones son personas a quienes el Gobierno practicó un control de seguridad, en la mayoría de los casos solicitantes para empleos en la Administración, proveedores del Gobierno y otros individuos vinculados al sector público.
Los 1,8 millones de personas restantes son familiares de algunos de los anteriores.
Además de los números de seguridad social, los piratas informáticos también tuvieron acceso a direcciones e historiales financieros y de salud.
Aunque oficialmente todavía no se ha revelado quién estuvo detrás del ciberataque, son varias las voces en EE.UU., tanto desde los medios como desde la política, que aseguran que los autores fueron piratas informáticos chinos.