El presidente de Taiwán, Ma Ying-Jeou.
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BEIJING.- Los presidentes de China, Xi Jinping, y el de Taiwán, Ma Ying-Jeou, se tratarán de "señor" en su histórica reunión del sábado en Singapur, obviando así en sus respectivos saludos el cargo de ambos.
Se trata de un acuerdo, anunciado este miércoles por Beijing, que busca evitar cualquier detalle que pueda hacer pensar que China considera a Taiwán como un estado independiente y dejar claro que el principio de "una China" es aceptado por ambos dirigentes.
Y es que este es uno de los puntos de fricción entre ambos países desde 1949, después de que los comunistas dirigidos por Mao Zedong derrotaran al nacionalista Kuomintang encabezado por Chiang Kai-Chek en la guerra civil china y estos últimos se refugiaran en la isla de Taiwán.
Desde entonces, el gobierno chino trata a la isla como una región del país, a pesar de que disfrute de un sistema político diferente, y alude a su presidente como "líder taiwanés", sin especificar nunca su cargo, y hasta ahora, en más de 60 años, no se había producido un encuentro como el que sucederá el sábado.
De ahí la importancia de la reunión entre Xi y Ma y de la posterior cena que compartirán este fin de semana en Singapur, según precisaron hoy las autoridades chinas, sin dar más detalles.
"La reunión es un hito para las relaciones" bilaterales, destacó hoy Zhang Zhijun, responsable de la Oficina de Asuntos de Taiwán en el Consejo de Estado (Ejecutivo) y en el Comité Central del Partido Comunista, quien consideró que la cita marcará el inicio de la "comunicación directa".
El portavoz destacó que el acuerdo del saludo entre "señores" evidencia, además, "el espíritu de ambos de aparcar las diferencias y de respetarse".
El anuncio de la reunión se produce en un momento clave, poco antes de las elecciones presidenciales que se celebrarán el 16 de enero en Taiwán y en las que todo apunta a que ganará la oposición del Partido Democráta Progresista (PDP, de ideología independentista) tras un mandato de Ma caracterizado por la mejora de las relaciones con el gigante asiático.
El portavoz del PDP, Cheng Yun-Peng, acogió el anuncio de la reunión con críticas, argumentando que el momento elegido para la reunión es cuestionable, ya que tras las elecciones se espera un cambio en la cúpula dirigente de Taiwán.
En medio de esa disputa de soberanía que mantiene Taiwán con China desde hace más de seis décadas, los analistas ven la decisión de Beijing como un intento de influir en esos comicios, como ya intentó en ocasiones anteriores con otro tipo de acciones más beligerantes, si bien entonces no logró el resultado que esperaba.
Tras la reunión, no habrá comunicado posterior ni tampoco se firmará ningún acuerdo, según ha precisado la oficina presidencial de Taiwán, que ha explicado que el objetivo del viaje de Ma es "consolidar la paz entre ambas partes del Estrecho de Formosa" -que separa Taiwán de China- y "mantener el 'statu quo'".