BERLÍN.- La Cámara Baja del Parlamento alemán aprobó hoy una ley que prohíbe el suicidio asistido organizado, aunque deja libertad a los médicos para tomar medidas en esa dirección en casos individuales cuando un paciente terminal así lo solicite.
El proyecto de ley fue presentado por un grupo de diputados de varios partidos encabezados por el cristianodemócrata Michael Brandt y la socialdemócrata Kerstin Griese, y está dirigido ante todo contra las organizaciones que ofrecen sistemáticamente ayuda al suicidio asistido.
"Se trata de proteger a la gente de la presión que generan dudosas ofertas organizadas de suicidio asistido", dijo Brandt durante el debate.
Según el cristianodemócrata, los casos de otros países muestran que la oferta genera demanda y que puede precipitar al suicidio a personas en situaciones difíciles.
Griese, por su parte, subrayó que la medida sólo afecta a organizaciones que tengan como actividad principal la ayuda al suicidio y que no criminaliza a los médicos que ayuden a los pacientes en determinadas circunstancias y en casos individuales.
"El suicidio y la asistencia al suicidio seguirá estando sin penalizar. Nuestra iniciativa no criminaliza el suicidio asistido en casos individuales y en determinadas situaciones", dijo Griese.
"No quiero que nadie se vea bajo presión para poner fin a su vida", añadió.
Sin embargo, el proyecto de ley finalmente aprobado había recibido críticas por parte de otros dos grupos de diputados -que habían presentado sendos proyectos alternativos- que temen que, aunque no sea esa la intención, la nueva ley termine criminalizando a los médicos.
"Un médico que está en permanente contacto con enfermos terminales y que ayuda por segunda vez ya estaría bajo sospecha", dijo el diputado cristianodemócrata, Peter Hintze.
Hintze, junto con el socialdemócrata Karl Lauterbach, encabezaba un grupo que quería introducir en el Código Civil una autorización expresa para los médicos para prestar asistencia al suicidio.
"Hay momentos en que la medicina paliativa no ayuda y es un deber de amor al prójimo ayudar al moribundo a tener una muerte serena", dijo Hintze.
La diputada verde Renate Kunast, que lideraba otra iniciativa cercana a la Hintze y Lauterbach, dijo que los ciudadanos tienen "el derecho a morir sin la sombra del fiscal sobre el lecho de muerte" y sin que el médico que les ayude tenga que temer un proceso penal.
Los temores de Hintze, Lauterbach y Kunast se basan en un informe redactado por un grupo de profesores de derecho penal que indicó que los términos de la nueva ley pueden prestarse a interpretaciones que criminalicen a los médicos.
Por ello, se sugería limitar la prohibición a la asistencia al suicidio con ánimo de lucro.
Sin embargo, la Asociación de Medicina Paliativa y otras organizaciones médicas dieron su respaldo expreso al proyecto que finalmente fue aprobado, también con el apoyo expreso del ministro de Sanidad, Hermann Gröhe.
Una cuarta propuesta, formulada por un grupo de diputados, pedía la prohibición del suicidio asistido por parte de los médicos.
"La tarea de los médicos es conservar la vida, no terminarla", dijo el diputado Patrick Sensburg, uno de los autores de la propuesta.
Para la votación había sido abolida la disciplina de partido, como suele ocurrir en Alemania con temas que afecten especialmente a la conciencia moral de los diputados.