BARCELONA.- El Parlamento de Cataluña aprobó este lunes una resolución para promover la independencia de esa región respecto a España, una iniciativa que el Gobierno considera ilegal y recurrirá al Tribunal Constitucional.
De los 135 diputados presentes, la Cámara catalana aprobó con 72 votos a favor y 63 en contra, una resolución que "declaran el inicio del proceso de creación del estado catalán" que no "se supeditará a las decisiones del Estado español".
Los 62 diputados de la coalición separatista Junts Pel Sí y los diez del partido anticapitalista CUP, que suman mayoría absoluta en la Cámara regional, votaron a favor del documento, que fue pactado por ambos de antemano para abrir un proceso constituyente que siente las bases de un "Estado catalán independiente en forma de república".
"Este país hace tiempo que dice, alto y claro, que ha llegado la hora de ir a por todas", dijo antes de la votación el diputado de Junts pel Sí Ral Romeva, "número uno" de la coalición impulsada por el ahora jefe del Ejecutivo catalán en funciones, Artur Mas.
El texto aprobado prevé que en un plazo máximo de 30 días se inicie la tramitación de "las leyes de proceso constituyente, de seguridad social y de hacienda pública" y proclama la "apertura de un proceso constituyente" para "preparar las bases de la futura Constitución catalana".
En la Cámara catalana se vieron banderas secesionistas y también algunas de España, sostenidas por los diputados del Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy.
"Tenga la absoluta seguridad de que (...) no se romperá Cataluña del resto de España, por muchas propuestas ilegales e ilegítimas que puedan aprobar hoy", dijo durante el pleno del Parlamento catalán el diputado del PP Xavier García Albiol.
El paso dado por los independentistas es "un acto de provocación" para Rajoy, que lo impugnará en las próximas horas ante el Tribunal Constitucional, una institución que está considerada "deslegitimizada" por los separatistas.
La intención del jefe del Ejecutivo español es que el alto tribunal suspenda la resolución de forma cautelar, al igual que ocurrió hace un año con la convocatoria de la consulta soberanista auspiciada por Mas, que finalmente se convirtió en una votación no oficial en la que participaron más de dos millones de personas.
El debate y la aprobación de la resolución de Junts pel Sí y la CUP coinciden hoy con la primera votación de investidura de Artur Mas, cuyo futuro está en el aire tras las elecciones celebradas el 27 de septiembre en Cataluña, convertidas en un plebiscito sobre la independencia.
Para ser investido presidente, Mas necesita una mayoría absoluta de votos y, por tanto, el apoyo de la CUP, que no se lo dará.
Todo apunta a que el jueves se celebrará una segunda votación, en la que a Mas le bastaría una mayoría simple en la Cámara regional. Tampoco está claro que logre ser investido en esa ocasión ya que supone, en todo caso, recabar los votos de al menos dos diputados de la CUP, que no ve con buenos ojos al presidente en funciones.