NUEVA YORK.- Cerrar las fronteras a los refugiados sirios por los atentados de París "no es una solución", aseguró el director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake, pues aumentaría la presión sobre los países vecinos de Siria, que ya están desbordados de migrantes.
"Si cerramos las fronteras corremos el riesgo de aumentar la presión sobre estos países desde el punto de vista económico, político y estratégico, y nadie tiene interés en eso", declaró Lake en una entrevista con AFP.
"No es una solución", estimó Lake y destacó que Turquía ya recibió a dos millones de sirios, Líbano a más de un millón y Jordania a más de medio millón.
Para Lake, no solo hay que tratar la crisis migratoria y los problemas de seguridad inmediatos, sino también "redoblar los esfuerzos" para resolver el conflicto en Siria y atenuar "las presiones enormes" que pesan sobre los países vecinos, aumentando la ayuda a esos estados.
Los niños sirios en Jordania, Turquía y Líbano deben "recibir la educación que necesitan para ser capaces de reconstruir Siria y promover la reconciliación" en un país destruido por cuatro años de guerra.
Por ejemplo en Turquía hay 600.000 niños sirios en edad escolar pero solo 200.000 de entre ellos están escolarizados.
Unicef también se esfuerza por poner en marcha medidas específicas a favor de los niños que buscan viajar a Europa. "Entre los refugiados registrados, la proporción de niños no acompañados aumenta de manera rápida", subrayó Lake. Estos niños representan un tercio de aquellos que viajan a Macedonia desde Grecia, mientras que en junio solo representaban el 10%.
La ONU instó este martes a los países a mantener sus promesas de acogida de migrantes, incluidos los refugiados sirios, tras los atentados yihadistas del viernes en París.
El llamamiento es una respuesta a la decisión de este martes del parlamento de Hungría de autorizar al Primer Ministro Viktor Orban para llevar ante la justicia las cuotas de repartición de migrantes, acordadas por la Unión Europea.
